Espacio de opinión de Canarias Ahora
Condenados hasta 2011
En Canarias el incremento del paro, que no para, es un hecho y las medidas de empleo anunciadas suenan a chiste para salvar la cara. Entre otras cosas, porque nadie se ocupa, por ejemplo, de indagar en qué medida el elevado paro canario ha de atribuirse a la crisis general y hasta qué punto incide la gestión gubernamental que no siguió la recomendación bíblica de guardar cuando las vacas gordas. Si el Gobierno desconoció esta previsión elemental, tampoco cabía esperar que atendiera a la más culta moraleja de la fábula de la hormiga y la cigarra.
Nadie aclara, por poner un caso, si las montoneras de dinero europeo recibidas han servido de algo. Su destino era crear tejido económico productivo real que permitiera al cabo del tiempo a la economía canaria caminar sin muletas. La sospecha de que ése no ha sido el uso que se le ha dado sigue ahí y tampoco explica nadie si el agravamiento de la crisis general en las islas es resultado de mala política o un fenómeno natural ante el que sólo cabe agacharse hasta que pase, como pretenden.
Desespera no saber a qué atenernos e inquietan los malos modos con que el Gobierno pretende disimular no ya su incompetencia, que es la que es, sino el hecho de no saber siquiera lo que hay y la constatación de que tampoco le interesa saberlo.
Como muestra, el numerito del otro día en el Parlamento del consejero de Empleo, Jorge Rodríguez; otro ser que no puede ser, que diría Pancho Guerra. Gloria Gutiérrez, la portavoz psocialista, habló del espectacular incremento del paro y le sacó los colores a cuenta de que, a pesar de eso, la Consejería dejó sin gastar en el ejercicio anterior unos cuantos millones de euros destinados a empleo, precisamente. Añadió Gutiérrez que hasta mayo de este año la inversión era de poco más del 7% de lo presupuestado.
Rodríguez reaccionó de la forma malcriada habitual y acusó a Gutiérrez de mentirosa pasando por alto que, al fin y al cabo, ella manejaba los datos de la Intervención General de la Comunidad Autónoma: si el Gobierno niega sus propios datos ya me contarán qué cabe esperar. No sólo pierde su escasa credibilidad y hace saltar por los aires la no menos escasa confianza en él sino que puede llevarnos a la desesperación, diría que neurótica, por estar estatutariamente a soportar este Ejecutivo hasta 2011 porque no habrá elecciones anticipadas así se caiga todo a cachos. Rodríguez sabe que tiene tres años por delante, si no lo cesa antes Paulino, y de ahí la desvergüenza con que se cisca en el Parlamento; que tampoco está para muchos trotes. Que le quiten para entonces lo bailado, viene a decir.
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