Contradicciones socialistas por EDITORIAL

Pero estas elecciones son principales porque la derecha agoniza como en la novela de Faulkner y puede ganar estas elecciones sobre dos grandes mentiras, en rigor teórico, de imposible perdón por el electorado: el 11-M y las trampas con el Tribunal Constitucional. Si así fuera, la pasión de ánimo se apoderaría de los españoles que no se dejaron engañar y sucederían en la melancolía a los ciudadanos que de buena fe creyeron que Zapatero llegó a La Moncloa por los sucesos del 11-M, prolongando demasiado el tiempo donde las opciones perdedoras estuvieran decepcionadas más allá de lo normal en el debate electoral.

Pero si estas elecciones son anormales y por ello principales, porque no se juzga el trabajo de gobierno y oposición sino a políticos mentirosos de la estirpe de Zaplana o Acebes, que pueden ser indultados con un triunfo electoral, ¿cuál es el motivo para los que desean que Zapatero renueve no estén ya coaligados? Nos referimos a Nueva Canarias y al PSC-PSOE y a esa torpeza partitocrática de los socialistas que al parecer carecen de talento alguno más allá de las narices de Saavedra. ¿Sabe alguién por qué López Aguilar pone tanto empeño en conseguir él solo los votos que tiene por vía política en mucha mayor cuantía si acude al Congreso coaligado con Nueva Canarias?

Pero no acaban aquí las incoherencias: como si en el tardofelipismo estuviéramos, esta semana hemos sabido que la líder socialista en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, Concha Narváez, ha enchufado, ya sabemos a ciencia cierta, a hermano y cuñado. Pueden salir más ejemplos sin que López Aguilar, azote del enchufismo y de prácticas corruptas, le haya pedido explicaciones. Si no lo hace o si Narváez sigue campando de esa manera, el crédito de López Aguilar habrá tocado techo.