Una vez establecida la naturaleza de la crispación que tanto inquieta a Paulino, se impone establecer quiénes son los crispados y cabreados y los que trascienden sus emputes hasta alcanzar el grado heroico de exasperación. Dado que veo al personal mayormente tranquilo y disfrutando, en el caso de Gran Canaria, de haberse quitado un peso de encima con las elecciones, debo deducir y deduzco que aquí los únicos crispados son ellos, los políticos, que van los unos contra los otros.Si hemos podido precisar el tipo de crispación y quiénes son los afectados, hay un tercer aspecto que una manifestación expresa del nuevo presidente de cosas viejas. Porque no es posible colegir si su determinación de acabar con la crispación la inspira la máxima de aborrece el pecado y compadece al pecador o si parte de la repetida constatación de que muerto el perro, se acabó la rabia. Diferenciación importante porque no es igual combatirla en cuanto puro estado de ánimo, que presupone un buen gobierno, que hacerlo mediante la liquidación pura y dura de los crispados. Paulino ha propuesto además a los psocialistas consenso en los asuntos de interés para Canarias frente al enemigo exterior. Invocación cuasi tópica y nada precisa, pues no informa del tipo de interés ni de si es con TAE y tampoco está muy claro que los recoja el pacto para gobernar Canarias firmado en Madrid bajo la supervisión de Rajoy. Pero aquí, ya ven, deja Paulino chiquita la célebre y rara astucia del cartaginés que tan bien conocimos los del bachillerato antiguo.Pretende Paulino, digo yo, montar el mecanismo que le permita arremeter contra los psocialistas cada vez que abran el pico y peguen a decir inconveniencias. Dirá cuando le venga bien que no están del lado de los intereses canarios y ahí queda eso. No me orprendería que Paulino trate de preparar el terreno por si se diera el caso, no descartable, de que el Estatuto no salga en esta legislatura de la que quedan a efectos de aprobación cuatro meses. Y una reforma electoral no deseada por él.Ya he visto la película antes, qué quieren.