Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un debate parlamentario virtual
Al Presidente del Gobierno, a Paulino Rivero, en su primera intervención le sacó por descuido la presidencia parlamentaria tarjeta roja temporal; quizás deseando que terminara en su eterno hilo discursivo, sin recordar que en este tipo de debates el Presidente del Gobierno tiene tiempo ilimitado. Al percatarse del dato erróneo, el rojo cambió a verde, y Rivero volvió a ser readmitido al partido. Un partido que desde su cero a cerismo inicial en poco, por no decir en nada, vio modificado su resultado final. Porque la oposición podría haber recordado con más ímpetu la caída de la economía canaria en un 4,2% de su PIB o sus 294.000 parados a diciembre de 2009, que han pasado de 100.000 en 2007 a la cifra mencionada, perdiendo casi una legislatura en el intento de recuperación y de diversificación económica que recuperase la senda del crecimiento; podría haber recordado el estado de la sanidad canaria, alejada de la media europea en la ratio de camas por cien mil habitantes de una forma alarmante. Ratio que no ha sido aumentado a pesar de las inversiones teóricamente realizadas; o las movilizaciones educativas que se anuncian para el mes de abril en la educación archipelágica no universitaria, fruto de la tensión que vive el sector... Por su parte, la oposición parlamentaria debe ponerse las pilas si quiere ilusionar a la ciudadanía en 2011. Las ansias de gobernar no deben hacerle perder el norte que convenza a un importante porcentaje abstencionista. El Presidente, por su parte, nos habló de las vacas gordas de 1997 a 2007, y de que de 2010 a 2020 comenzaba una nueva etapa ilusionante. Nos habló de la necesidad de cambiar el marco productivo, financiero y laboral, pero también nos dijo que una economía no se podía cambiar por decreto. Entonces..., ¿para qué continuar hablando de sustituir el cemento por talento, si según sus palabras el gobierno no puede hacer solo nada para ello?... Mayor entropismo gubernamental es difícil de encontrar. No nos habló nada de los índices negativos de canarias en todos los ámbitos, ratios que corolarán la legislatura 2007-2011 que ahora termina; no nos habló de responsabilidad y autocrítica. Todo gobierno que desee ilusionar a futuros votantes debe hacerlo desde la eficacia, y ya queda poco para vislumbrar la misma en la presente legislatura canaria. Porque el tiempo pasa muy rápido en política.
Y además, no hubo un consenso real gobierno-oposición; de las 164 propuestas de resolución presentadas por la oposición socialista, el miniconsenso alcanzó tan sólo a 57, sin implicar un cambio real de rumbo en la praxis política del gobierno liberal nacionalista.
Nadie habló en profundidad ni de reforma estatutaria ni de reforma electoral. La primera, actualmente innecesaria. La segunda, inaplazable para paliar el déficit democrático archipelágico. Hay veces que en política canaria se siente la necesidad de que aparezcan nuevos actores partidistas, tanto en la izquierda real como en el nacionalismo y en el liberalismo político. De momento, lo visto es lo que hay, y a lo que tendrá que enfrentarse la ciudadanía canaria en 2011. Esperemos que en la nueva legislatura se piense en los problemas del momento, y no en futuribles a diez años vista.
José Carlos Gil MarÃn
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