Espacio de opinión de Canarias Ahora
Dependencia
Poniendo los pies en la tierra y analizando lo que nos ocupa; en este nuestro país, en un momento de esta legislatura se puso en marcha la llamada Ley de la Dependencia (Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia y a las familias de España) que de forma gradual pero sin retorno, y pese a ese título engorroso y nuevo a la vez, nos ha hecho abrir los ojos sobre la enorme importancia que tiene para nuestra sociedad esta forma de justicia social. En Noviembre de 2006 -siempre pasan cosas buenas en noviembre- se puso en marcha una ley que tiene como mayor y único objetivo la ayuda a las personas dependientes y a los seres que le rodean, sin menospreciar su importancia socioeconómica y laboral.
Hoy la aplicación de la Ley de la Dependencia es un derecho adquirido y consolidado en casi toda España, que se está hurtando al ciudadano canario, porque al igual que en Madrid y Valencia, Canarias marcha a la cola en la implantación de ella. Cuando el PP intenta “castigar” al gobierno socialista retrasando su implantación, no considera que a quien realmente castiga es a los ciudadanos que son el objetivo de esta Ley.
Nuestra comunidad a uno de junio estaba atendiendo, a través de esta ley, siete mil quinientas personas para una población de más de dos millones de habitantes. En lugares como Castilla la Mancha, con población semejante, unos treinta y dos mil. Extremadura o Andalucía caminan por sendas parecidas. Esos resultados están claramente relacionados con el trabajo bien hecho; el Estado paga por dependiente dictaminado y a menos dictámenes completados menos dinero recibido.
Ha estado en Tenerife Marisol Pérez -secretaria de Bienestar Social de la Ejecutiva Federal del PSOE- y ha echado por tierra todos los cantos de sirena que nos vende la Consejera del Gobierno de Canarias en sus apariciones, dando datos que no son ciertos y bordeando lo inverosímil por el simple hecho de no querer contarnos dónde está el dinero que llega de Madrid para la aplicación de la Ley. ¿Cuál es el presunto destino de esos dineros?
No ha sido objeto de grandes titulares, pero ha venido a contar datos tales como que en nuestras islas se atienden a tres dependientes por cada mil personas y se tarda veintitrés meses en contestar las solicitudes, mientras que en el resto de las comunidades, -salvo las gobernadas por el PP- la Ley de la Dependencia atienden a doce de cada mil habitantes y se contesta en unos seis meses; cabrea, claro que cabrea. Las historias que se inventan en esta comunidad son una auténtico órdago de desprestigio y de inoperancia, una sanidad y unos servicios sociales que nutren a empresas privadas para tapar huecos aquí y allá, mientras hay jóvenes graduados sociales en el paro y profesionales afines -debidamente formados- que no reciben ofertas de empleo para la implantación de una de las leyes que puede ser considerada como un hito en el estado del bienestar.
Me duele que esto ocurra en Canarias, como a otros muchos que hemos tenido que pasar el amargo trago de tener que asistir a enfermos de gran dependencia hasta su muerte en nuestras propias casas, que hemos hecho de tripas corazón para atenderlos y nos consideramos privilegiados por haberlo podido hacer. Y duele aún más, cuando conocemos que un 50% de los beneficiarios aún no han recibido ningún tipo de ayuda. Estar a la espera en esa “babia dependiente” en la que se encuentran muchos canarios y canarios es deprimente e injusto; es inaceptable que pese a unos derechos plenamente reconocidos, no estén percibiendo aún ningún tipo de ayuda una gran mayoría de los “canarios dependientes”.
¿Para cuándo las cuentas claras sobre las cantidades recibidas?, ¿para cuándo una puesta en marcha seria y responsable de un derecho indiscutible? Canarias siguen cateando en todo aquello que huela a política social. Y lo más triste es que aparecen como setas algunos indocumentados que se hacen llamar nacionalistas, que enfatizan la posibilidad de una Canarias independiente capaz de salir de la crisis ella solita; te ríes por no llorar.
*Secretaria de Formación de los Socialistas de Santa Cruz de Tenerife
Carmen Coello*
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