Desequilibrios pendientes

En la sociedad actual una palabra esencial es el equilibrio. Esa palabra afecta a todas las actividades de la vida. En cualquier familia cuando los gastos son mayores que los ingresos se producen las deudas y la petición de un crédito bancario o cosas peores. La economía familiar se fue a pique al quebrantarse esa palabra mágica y pasar a una situación de desequilibrio presupuestario. La sociedad española está cada día que pasa más desequilibrada. Cada vez más pobres y menos clase media. También se dice que hay más ricos. ¿Quién rompe el equilibrio? fácil respuesta, la destrucción de la clase media cada vez más empobrecida. El Sistema Económico está desequilibrado ¿Por qué? Pues sencillamente al existir menos clase media, entre otras cosas, disminuye el consumo interno, baja la producción del país y aumenta el desempleo. ¿Quiénes tienen la culpa? Pregunta de difícil respuesta, pero podemos afirmar que todos los actores que provocaron fuertes desequilibrios. Los mercados de valores, el mercado inmobiliario, el sistema crediticio bancario, los responsables del Banco de España, la ambición de empresarios sin escrúpulos, políticos corruptos, políticos ineptos, la falta de valores morales, etcétera, etcétera. La suma de desequilibrios dio lugar a la crisis económica.

La población española espera que alguien ponga las cosas en su sitio, exige que ciertos desmadres que dieron lugar a lo sucedido, que provocaron esa crisis, de lugar acciones y actuaciones que vayan corrigiendo esos desequilibrios. Actuaciones judiciales no dejando impune las corruptelas, implantación de medidas económicas, laborales, fiscales y sobre todo, impulsar aquellas acciones que generen empleo. Está ocurriendo es el desánimo, por la lentitud de las actuaciones, como es el caso de las judiciales. Así como, la aplicación de medidas exigidas por Europa y contrarias en muchos casos al crecimiento de la economía española.

Se dice que hay mucha población indignada, con los desequilibrios, con las actuaciones del Gobierno de la Nación, con los Gobiernos de las Autonomías, de Diputaciones, de los Cabildos y de muchos Ayuntamientos. Esas personas indignadas, gente que lo está pasando muy mal, marginados sociales, parados de larga duración, personas que lo han perdido todo y que están convencidos que el Sistema en España ha tocado fondo. Exigen un cambio radical que no puede ofrecerle lo establecido y buscan una alternativa en “Podemos”, de ahí los resultados al parlamento europeo. Los que gobiernan no pueden hacer milagros, pero para muchas personas, tienen la credibilidad bajo mínimos y los consideran máximos responsables de una situación de caos.

Se ha dicho en múltiples ocasiones que los parados de larga duración, muchos de ellos con un perfil de baja cualificación, y que podrían estar en unos tres millones de parados, es una piedra de toque de difícil solución, si se espera que sea resulta con una actuación divina. Necesitándose un cambio radical en la política de empleo, para alcanzar tasas netas de generación de empleo de 300.000 empleos año, y que de conseguirse tardaríamos 10 años para llegar a una tasa de desempleo similar a la del año 2007. Pero es que hay muchos asuntos no tratados, como es el caso importante de las pensiones. Aquí volvemos al tema del equilibrio, cada vez hay menos personas cotizantes y más población de jubilados. La solución no es desde luego seguir utilizando el fondo de pensiones para atender pagas extras. Indudablemente será crear más empleo para que haya más cotizantes; fomentar la natalidad (actualmente de la más baja de Europa); trabajar en el futuro a tiempo parcial (medida límite y no deseable) una vez jubilado; complementar la pensión pública (derecho fundamental) en el futuro, con seguros privados. Lo que es justo y necesario es el mantener las pensiones públicas al coste social que sea necesario.

Aunque de acuerdo a lo que establece Calva, “el equilibrio general es un momento ideal en el análisis económico abstracto, sin que jamás exista como realidad concreta. Las economías reales se mueven más bien dentro de perpetuos desequilibrios macroeconómicos, lo que implica que lo importante es mantener estos desequilibrios dentro de una franja de seguridad o estabilidad macroeconómica integral que considere la estabilidad de precios, equilibrio externo, finanzas públicas sanas y crecimiento sostenido del producto nacional y del empleo. Algunos desequilibrios no son perjudiciales, por la complejidad de alcanzar el equilibrio pleno en todos los factores, es importante tener claro que se debe tener circunstancialmente desequilibrios manejables y seguros en alguno o algunos de éstos para alcanzar el equilibrio en otros”. Pero así y todo, son demasiados desequilibrios sin resolver, demasiados desequilibrios de difícil control, demasiados fuegos a la vez.