La campaña sube de tono, la dirección de orquesta se encuentra en Washington y los dueños de los medios privados de mayor influencia en todo el mundo tocan los instrumentos sin desafinar. Desinformación única. Hay caricaturas que dan verdadera lástima, como una noticia del diario El País según la cual una joven venezolana murió de bala, por disparos de pistoleros de los círculos bolivarianos durante una manifestación contra el gobierno, cuando en realidad a la chica la asesinaron por motivos pasionales. Hubo una semi rectificación para salvar el prestigio. Pero este hecho no representa más que una anécdota sin importancia comparada con el error al que induce este diario, en sintonía con otros, de forma habitual. Hoy tocaba manipular la información sobre la 37 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebra en Panamá. En síntesis, El País presentó la noticia de la manera siguiente. Condoleezza Rice solicitó que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, viaje a Caracas para analizar el caso de RCTV. El canciller venezolano, Nicolás Maduro, acusó a Washington de intervencionismo inaceptable. El portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, exigió la reanudación de la señal abierta para RCTV. Y un final para apuntalar el conjunto de la información: la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, solicitó a las autoridades venezolanas que reconsideren su decisión. ¿Dónde está el engaño en esta noticia que da por probado el inexistente ataque contra la libertad de expresión? Oculta datos significativos. Esconde que el tema de RCTV no estaba en la agenda de la 37 Asamblea General de la OEA, reunida para tratar sobre Energía para el Desarrollo Sostenible. Y no se encontraba en la agenda porque Washington fracasó en su intento de que algún canciller latinoamericano presentara una resolución de condena contra Venezuela por violar la libertad de expresión con posibilidades de aprobarse. Molesta con su ministerio de colonias, Rice presionó a la OEA, saltándose las normas y provocando un debate con Nicolás Maduro. Tampoco recoge ese periódico la exposición del canciller venezolano sobre la política de Washington hacia América Latina. Omite la arrogancia y desesperación de Condoleezza Rice, quien se negó a escuchar la segunda intervención del venezolano y dejó plantados a los representantes de los países latinoamericanos reunidos en Panamá.En síntesis, El País ocultó a los lectores que la OEA se ha resistido hasta ahora a la propuesta de condenar a Venezuela por el caso de RCTV a pesar de las presiones gringas. ¿Será, quizá, porque la OEA considera que no hubo ataque alguno a la libertad de expresión? Repito por si acaso. La información es un bien público, no una mercancía. La libertad de expresión no es lo mismo que los intereses de los propietarios de los medios. Ocultar información relevante induce al error y resulta inadmisible que se haga en defensa de intereses privados tapados. Ilustres medios de comunicación promueven la generalización del engaño en el caso venezolano desde el golpe frustrado de 2002. ¿Cuestión de intereses de grupos económico/periodísticos? A lo peor. Rafael Morales