A don Ramiro Cuende

Don Miguel Zerolo será su amigo, pero eso al Pueblo no le importa. Lo que realmente le importa y le preocupa mucho, son las cosas graves que subyacen detrás de diversas actuaciones en Tenerife, alejadas de la mínima congruencia. A lo de portavoz del PSC, le digo que sería lo peor que nos podría suceder, y me refiero a los ciudadanos y no al PSOE, que podría tener razones internas para justificarlo, ya sabe, pactos que superan lo insuperable, etc. El acudir a los Tribunales de Justicia es una opción legal bien vista por los demócratas, máxime si detrás se atrincheran tremendas e inconfesables injusticias, además de que vilipendiando el honor de personas a las que el Pueblo venía apoyando por honestas y trabajadoras, se vilipendia también a ese Pueblo, que es, cuanto menos, merecedor de que se lave ese honor mancillado sin ningún tipo de justificación.

Sobre la comida en Los Limoneros, restaurante del que nada malo puedo decir pues está en su perfecto derecho de ganar mucho dinero, ningún político de bien, y menos etiquetándose como socialista, debería aceptar comer en él a costa del erario público y menos aún en una ciudad como Santa Cruz de Tenerife, declarada en grave estado de emergencia social. El importe de ese gasto es lo que muchas familias cobran al mes, ¿lo ve usted normal? Por lo que le he oído parece que sí, pero aunque la comilona haya sido anterior, la situación de emergencia social de nuestra ciudad era entonces sobradamente conocida. Y los parabienes que usted dice haber conseguido en esa comida, tampoco lo justifican, pues se corresponden con la gestión normal que usted y doña Gloria tienen la obligación de realizar para la Colectividad. Un despacho era lo más adecuado.

¿Y sobre la gestión de Zerolo...? Don Emilio Fresco es muy fresco, perdón, demasiado inteligente para dejarse engañar por el Sr. Zerolo. Lo que usted dice es una tontería o una tomadura de pelo, según se mire. Lo de que el mamotreto se paró gracias a usted y a doña Gloria, me parece una desfachatez el sólo decirlo. El mamotreto o ?mamatreto-, según lo vea, está parado porque es una enorme indecencia en todos los sentidos, sin ni siquiera hablar de posible corrupción, y lo paró el Pueblo, que no ha dejado de dar la talla para que sea demolido y recuperado para “TODOS” el espacio de arena que ocupa, que los listos de siempre, con ayuditas varias, pretenden morder en su propio beneficio. Y sobre la trama de las Teresitas poco o nada le he oído, usted sabrá porqué, pero decir ahora, cuando hay una pila de millones de euros del Pueblo perdidos que necesitamos recuperar, que hay que hablar de guarderías, residencias de Tercera Edad, bienestar social, playa en Valleseco?, es una banalidad, por no tacharlo de inmoral.

¿Y ahora usted llama odioso al PGO de Santa Cruz?, ¡que desvergüenza, don Ramiro, después de todo lo que ha venido haciendo desde su privilegiada tribuna profesional, como arquitecto que es, para que saliera adelante tal y como estaba! Era un gravísimo expolio en toda regla a miles de familias, a las que se les sustraía volumetría edificatoria, o sea patrimonio, con el propósito de entregársela a conocidas personas, propiciando que se enriquecieran aún más. No se olvide que todo está escrito. Y el que usted se haya ausentado del Pleno en el que se aprobó el PGO, ahora retirado por la Cotmac, no es nada casual, don Ramiro, como tampoco lo es el que doña Gloria Rivero no estuviera, a pesar de que ambos conocían la vital importancia de ese pleno. Por si se ha olvidado, le recuerdo que en aquel momento les envié un SMS y que usted me contestó. Por si lo duda, decirle que también lo tengo debidamente archivado.

Y así, don Ramiro, sucesivamente, pero quiero terminar recordando una fotografía en la que aparecía usted junto a don Miguel Zerolo, creo que en Londres, con motivo de la presentación del “botarate” proyecto de Herzog & de Meuron para la Plaza de España. Y lo hago, no por si quiere aclarar quien sufragó ese viaje o el precio de las luminarias, sino para recriminarle su apoyo a ese proyecto, que ha convertido una antaño señorial Plaza de España en la del montón y algo menos que es hoy, eso sí, con salados gastos regulares de mantenimiento para limpiar la basura de un lago sin sentido, cuyo chorro, además, genera una maresía muy poco recomendable para la salud de los emblemáticos edificios aledaños, como el Cabildo, Correos, Casino y otros. Esta y otras suntuosas obras tipo Recinto Ferial, con daños en su estructura desde el principio, y el Auditorio, ya con alguna que otra estalladura, ambos de Santiago Calatrava, o las Teresitas de Dominique Perrault, por fortuna desechada, son grandilocuencias de multimillonarios que hoy nos tienen sumidos en la pobreza, popularmente “el pedo más alto que el culo”.

Cándido Quintana