ETA mata y amenaza para volver a negociar

Hay muchos datos que evidencian la profunda decadencia de la organización terrorista. Los más importantes son la desesperación de su colectivo de presos, la disminución de la violencia callejera y la desaparición paulatina de sus representantes políticos en las instituciones y en la vida pública. Claros síntomas de que la estrategia sostenida contra ETA está dando sus frutos hacia la desaparición del terrorismo. Ni siquiera sus comunicados tienen la repercusión que tenían en otros tiempos y sus amenazas se tienen en consideración solamente en la medida que pueden dar pistas sobre sus intenciones de atentar contra bienes y personas en distintas partes de España.

Sin embargo existe una novedad que también hay que considerar. En pocas ocasiones ETA ha dibujado tan claramente las razones por las que ha matado y por las que pretende seguir haciendolo: para promover una nueva negociación con el Gobierno con la pretension de representar los intereses del pueblo vasco. Ya no dicen matar para conseguir la independencia o para derrotar al estado español; sólo quieren una reedición de la última negociación con el Gobierno sin reconocer que han desperdiciado cada una de las tres ocasiones que han tenido de terminar sus días de una forma concertada.

La voladura de la T-4 de Barajas terminó también con el escaso crédito que le quedaba a la organización terrorista. Terminar con el “alto el fuego” de forma tan dramática y sin previo aviso hace imposible conceder a ETA crédito en la siguiente ocasión que hubiera podido ofrecer una tregua. De ETA sólo podemos esperar su rendición y mientras tanto hay que trabajar para que sus bravatas no se conviertan en tragedia desde el convencimiento de que el camino emprendido por el estado de derecho no sólo es el correcto sino además el único posible.

*Periodista y analista político en El PluralEl Plural Carlos Carnicero*