Euroclones: Juan Fernando Mayor Oreja y Jaime López Aguilar

Para empezar, PP y PSOE apoyan al candidato del Partido Popular Europeo, José Manuel Durao Barroso, para un segundo mandato al frente de la Comisión Europea. El presidente Zapatero ha expresado su respaldo “firme” y “permanente” a Barroso, el Aznar portugués, que ejerció de anfitrión de Bush en las Azores para abrir el camino a la guerra contra el pueblo de Irak y que, como primer ministro portugués, abordó un ambicioso programa de privatizaciones y un proceso de desregulación laboral.

PSOE y PP apoyaron el proyecto de Constitución Europea neoliberal, que fue rechazado en sendos referéndum en Holanda y Francia. Ahora, nuestros euroclones, respaldan el Tratado de Reforma, que preserva más del 90% del contenido del proyecto de Constitución. El Tratado de Reforma sigue limitando antidemocráticamente las funciones del Parlamento Europeo, exige unanimidad para modificar políticas fiscales y para la mayoría de temas relacionados con políticas sociales y medioambientales. El Banco Central Europeo sigue al margen del control político, es decir, nuestros representantes políticos no podrán, por ejemplo, influir en el precio de nuestras hipotecas y, además, será casi imposible limitar la libre circulación de capitales (causante de la crisis actual) al exigirse una decisión unánime. La libre competencia y el libre comercio son obligatorias para la Unión Europea (UE), habrá que incrementar las capacidades militares y, como escribe Susan George, “las posibles modificaciones o revisiones del nuevo Tratado requerirán unanimidad, lo que equivale a hacerlas imposibles”.

Las directivas liberalizadoras, apoyadas por PP y PSOE, han permitido al Tribunal de Justicia de la UE asestar un duro golpe a los derechos laborales europeos. Ya hay cuatro decisiones del Tribunal de Justicia que permiten, en ciertas circunstancias, pagar menos por igual trabajo a trabajadores inmigrantes contratados en estados de la UE de salarios altos y originarios de estados europeos de bajos salarios. En la UE, nuestros euroclones participan en decisiones que socavan, lenta y discretamente, los derechos laborales.

PP y PSOE votaron a favor de la directiva de retorno de inmigrantes ilegales, a los que ahora se podrá encarcelar hasta 18 meses. Los euroclones rechazaron las sanciones económicas y diplomáticas a Israel por las atrocidades perpetradas contra la población de Gaza hace unos meses. Tampoco respaldaron el Informe Auken sobre los abusos urbanísticos en España que aprobó recientemente el Parlamento Europeo. Pero sí trabajaron conjuntamente en la UE para sacar adelante infraestructuras tan innecesarias como el puerto de Granadilla en Tenerife.

Juan Fernando López Aguilar y Jaime Mayor Oreja, cabezas de lista al Parlamento Europeo del PSOE y el PP respectivamente, podrían intercambiar siglas y apellidos porque, en la UE, defienden básicamente lo mismo. Juan Fernando Mayor Oreja y Jaime López Aguilar podrían fusionar sus partidos en uno solo, si no fuera porque entonces habría que crear otro partido-fotocopia para fingir pluralidad. Es mejor dividir el mismo proyecto político y económico en dos partidos rivales, que debatirán acaloradamente, disputándose la alternancia institucional y excluyendo las alternativas. Así, por ejemplo, cuando visitó Tenerife el candidato de Izquierda Unida al Parlamento Europeo, Willy Meyer, Televisión Española no cubrió ninguno de sus actos, una censura idéntica a la aplicada en las cuatro provincias en que había estado Meyer anteriormente. Por supuesto, ello no impide a Juan Fernando López Aguilar arremeter contra la televisión pública canaria por su déficit de pluralidad. Y, además, le va bien porque, a fin de cuentas, el sectarismo más eficaz es el que logra presentarse como enemigo de todo sectarismo.

Sin embargo, la similitud del modelo político y económico europeo del PP y el PSOE se oculta gracias a la personalidad autoritaria del candidato del PP. Jaime Mayor Oreja se ha negado a condenar el franquismo porque “hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad”. En una charla a la que fue invitado por el presidente de la Conferencia Episcopal, Mayor Oreja afirmó que España padece “dos ofensivas, la nacionalista y la laicista”, desarrolladas por Zapatero y ETA, cuyos “proyectos se complementan y alimentan recíprocamente”. La francofilia y el roucovarelismo de Mayor Oreja lo harían parecer arcaizante hasta en Atapuerca. Y esto permite al PSOE agitar el temor a que vuelva la derecha. Pero, ¿es que se había ido?

(*) Ramón Trujillo es coordinador de Izquierda Unida en Tenerife.

Ramón Trujillo *