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La farsa judicial contra Garzón
También forma parte de la farsa la reacción de la derecha mediática. En los editoriales del ABC condenan a la “izquierda vociferante” de España, la izquierda que está contra la democracia, contra las instituciones. También parece una farsa que el cabeza visible de esta causa, que es magistrado pero hace de Fiscal acusador sea un afiliado de Jueces para la Democracia. Tengo la impresión de que lo eligieron por eso: ¿voluntarios que le tengan ganas a Garzón? Lógicamente se levantaron varias manos y quedaba más vistoso el de la mano izquierda. La parte política de la farsa es la reacción de la derecha política, los mismos que rechazaron la ley de amnistía de 1977, la Alianza Popular de Fraga, los herederos legítimos del Franquismo, son los que ahora apoyan procesar a un juez que pretendía encausar unos delitos contra la humanidad, delitos que no pueden ser perdonados por ninguna ley de amnistía o punto y final.
El mismo juez y la misma Audiencia Nacional que comenzaron procesos judiciales contra Augusto Pinochet, contra militares argentinos, contra mandos del ejército de Marruecos, contra militares de Guatemala?Cuando intenta tramitar una denuncia presentada por las víctimas del genocidio franquista no sólo le frenan la causa, sino que lo acusan de prevaricar y lo sienta en el banquillo de los acusados. Con este precedente, ¿qué pensarán los jueces de base, los titulares de juzgados de instrucción donde también se presentan estas denuncias? Me imagino que creerán que si todo esto le pasa a Garzón, a ellos, como mínimo, la cárcel.
Desde la derecha nos piden que no politicemos la justicia, que no hagamos lecturas políticas de un proceso jurídico que tiene unas causas técnicas. Ellos, como siempre, son los técnicos, y los que los criticamos estamos politizados. Habrá que aplicar el mismo cuento al periódico Financial Times, que en su editorial “Garzón acorralado” decía hace unos días que la causa contra Garzón por los crimines del franquismo “no tiene ningún fundamento y da una imagen muy poco favorable del sistema judicial español, cada vez más politizado”. También han respaldado a Garzón desde “The New York Times”, “The Guardian” y “The Times”. En países que sufrieron el fascismo miran con asombro que el mismo partido de Francisco Franco pueda denunciar a un juez y apartarlo de su carrera profesional.
El movimiento de solidaridad con Garzón no está formado por un grupo de amigos o familiares del juez estrella. Somos muchos los que no compartimos buena parte de la trayectoria profesional de Garzón. Sus meteduras de patas judiciales, su regreso inmediato a la judicatura tras pasar por la política, el uso que hizo de su cargo para sus venganzas personales?Hay muchas cosas que decir. Precisamente sus detractores actuales fueron los que le aplaudían cuando no se abstuvo en las causas contra políticos del PSOE con los que había mantenido conflictos personales. En el terreno ético no se puede defender que un señor que investiga una causa de terrorismo de Estado y pone una equis para señalar al presunto cabecilla de la banda, luego acepte ir en una lista electoral como número dos del señor equis.
No presenta Garzón un expediente impecable. Pero no hay nada más político y politizado que este proceso que el Tribunal Supremo por el caso del genocidio franquista. Porque es un partido político el que hace la denuncia. Porque es un criterio político usar una ley muy política, la Ley de Amnistía de 1977, como base para la acusación, y considerar que esa ley está por encima de los convenios internacionales respaldados por el Estado español. Porque sólo con criterios políticos se puede entender que la Audiencia Nacional pueda procesar a genocidas de otros países y no tenga competencias para los genocidios cometidos en España. Defender a Baltazar Garzón en este caso (en los otros que se defienda él solito) no es defender a un juez estrella, si le hubiera pasado a otro magistrado creo que la reacción social hubiera sido la misma. Porque somos muchos los que no queremos que los mismos que no condenan la tragedia del franquismo monten ahora una farsa para darnos lecciones de democracia a los que pedimos dignidad para las víctimas de aquel genocidio. Dignidad y memoria histórica frente a la farsa de los partidarios del olvido.
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Juan GarcÃa Luján
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