El I Foro de Empleo

Si mal no recuerdo, más de una vez ha expresado Paulino, en fervorines electorales, en la inauguración de cualquier curso escolar o en conferencias de sentar doctrina, que los jóvenes actuales representan la generación mejor formada de nuestra historia. Sin embargo, los datos indican lo contrario e imagino que quienes se creyeron tan solemne afirmación andarán desconcertados por lo poco que le ha servido esa supuesta preparación para conseguir trabajo o conservarlo. Y les habrá sorprendido escuchar de boca del mismo Paulino que hay gente sin estudios que le dan ni se sabe cuantas vueltas a muchos con dos carreras. La Universidad de la Vida, o sea. No negaré, bonito fuera, que siempre hubo autodidactas, algunos incluso geniales. Pero no pueden elevarse a categoría las excepciones.

En cuanto al Foro de Empleo en sí, me parece buena iniciativa. Al menos para saber mejor lo que hay. Lo que dudo es que sirva para algo práctico. Está uno cansado de que en situaciones críticas se tomen iniciativas parecidas en las que se hacen aportaciones interesantes, se contrastan los distintos puntos de vista con los datos disponibles y hasta se permita desfogarse a algún que otro dolorido para que después fuese y no hubo nada, diréles ya que de teatro se trata. Recuerdo crisis de todos los colores y en diversos sectores que dieron lugar a encuentros de este tipo de los que se extrajeron conclusiones que quedaron en el papel. Por lo general, son reuniones que los políticos conciben con criterios propagandísticos, para dar la impresión de que hacen cosas, a ver si entre el dicho y los hechos se supera la crisis de turno y aquí no ha pasado nada. No tengo elementos de juicio para dar por sentado que tal ocurre con este Foro, pero precedentes hay. Estas reuniones son, en fin, útiles desde el punto de vista informativo y el intercambio de impresiones entre expertos e interesados en el tema de que se trate, pero necesitan de actuaciones políticas posteriores que no suelen producirse.

En este caso Foro, Luis Prieto, coordinador del Servicio Canario de Empleo, apuntó cierta mejoría en la evolución del desempleo en Las Palmas, ciudad. Dijo confiar en que la tendencia continúe, si bien indicó que en gran medida eso depende de factores externos, como la buena marcha económica de los países emisores de turismo. Es el turismo, pues, la actividad en la que se confía para generar de forma significativa puestos de trabajo. Lo que no está claro es qué piensa hacer el alcalde Cardona. Porque hablar de reactivación turística de la ciudad, de desarrollo de actividades náuticas y de impulso a los emprendedores son abstracciones en boca de quien está llamado (obligado) a concretar, a definir qué considera reactivación, en qué consiste el desarrollo de las actividades náuticas y cómo concibe el impulso a los emprendedores. No vaya a ser que con tan encomiables propósitos se tomen o se toleren iniciativas y resulte peor el remedio que la enfermedad en términos de futuro. Tampoco faltan precedentes.

Del posicionamiento de Jerónimo Saavedra en el mismo Foro habría que decir algo parecido. La síntesis periodística le atribuye la idea de derribar, nunca mejor dicho, las leyes que frenan la construcción turística; lo que bien pudiera interpretarse como que de mayor se nos ha hecho partidario el hombre de que los famosos emprendedores hagan de su capa un sayo. Pudiera ser, nunca se sabe, pero para mí que el alegato iba contra los excesos intervencionistas que, sin duda, propicia la legislación surgida como reacción contra el desmadre anterior. El péndulo, ya saben. Saavedra instó a ahondar en las características del desempleo en Canarias donde, dijo, existe una bolsa de parados permanentes resistidos a integrarse en el mercado laboral por diferentes razones (se calcula, por ejemplo, en un 20% el empleo en la economía sumergida) o que no quieren cambiar de isla para irse a otra en la que tendrían trabajo.

No estuvo mal el Foro, pues. Ahora falta, como digo, poner en piedra de ocho lo que allí se habló. Y ahí te quiero ver, escopeta.