Hago algunas indagaciones en Madrid, en las cercanías de la Ejecutiva Federal del PSOE, y me dice un amigo madrileño, muy españolista y que tiene casi a las Canarias como una colonia, que Jerónimo Saavedra todavía no se ha dado cuenta que quién le haga un feo a Zapatero corre el riesgo de no salir más en la foto. Me añade que cómo Jerónimo es consciente que en 2011 ya no estará para muchos trotes, ha apostado por la rebelión contra Juan Fernando López Aguilar, y que eso le transporta el museo de la historia, pero debería ser consciente del daño que le puede hacer a su delfín Blas Trujillo si este se pega el tortazo político. Me reflexiona el amigo madrileño que Saavedra fue un felipista redomado, con todo lo que eso representó entre los robos de Fondos Reservados y asesinatos del GAL, y que Zapatero le cae mal porque es muy de izquierdas, que Jerónimo es más de derechas que Carlos Solchaga, Miguel Boyer y Javier Solana, el de los daños colaterales en Yugoslavia, y los bombardeos de Belgrado, que recuerdo que Cicovic, en aquel entonces portero de la Unión Deportiva, vivió con pánico y con odio a la OTAN. El amigo madrileño, que es de la antigua Federación Socialista Madrileña (FSM), y del sector más rojo del Partido Socialista, me indica que como Jerónimo se siga manifestando contra Juan Fernando López Aguilar, igual va a tener que entregar el carnet, y eso a sus años no sería muy edificante. Carballo Comanda se levantaría de su tumba y le diría cuatro cosas a Jerónimo.