Traigo a colación la bandera como muestra de que Soria ha insuflado de sus hábitos domésticos a la la corporación. Porque a la empresa encargada del mantenimiento (Alisios Sailing Center) se le paga cada mes por caja; o sea, pago cash, que dicen los finos para diferenciar esta práctica cabildera del grosero manoseo del billetamen en vivo, propio de las lonjas donde te salen billetes de cinco euros y más con escamas adheridas. Por lo visto, la empresa encargada de la bandera intragable no dispone de altas a terceros, detalle que añado para los curiosos de estas cosas. Todo un estilo de gestión, sí señor.Y todo un estilacho, oye, el de Domingo González Arroyo, el marqués que le dicen. Se ha puesto por las bravas de primero de la lista majorera del PP al Parlamento para demostrarle a Soria y a Rajoy que los tiene bien puestos. Lo que sea, pero bien colocados. La Favorita de Soria (y de Larry, el recogedor de recortes), como insidiosamente la llamaba el top secret de ayer, es Águeda Montelongo a la que González Arroyo descabalgó sin violencia de género alguna. Notable avance civilizatorio el suyo, todo hay que decirlo. No les diré que a Soria le crecen los enanos del circo que compró porque es recurso manido; por más que le crezcan los enanos. Ya vieron cómo, después de la que formara, el hombre, con el asunto de las filtraciones policiales a este periódico, resultó que éstas iban hacia imputados de su partido. O sea: no mintió al denunciar las filtraciones; sabía que éstas existían por lo que sólo cabe achacársele, al muy pillo, la ocultación de los verdaderos beneficiados por los soplos. Espero que valoren mis esfuerzos para evitar hoy lo de Iñaki de Juana Chaos. Es demasiado para el cuerpo y dice el médico que no me conviene crisparme, que se me sube la presión. Por eso me ocupo hoy de Soria. Bueno, por eso y porque no quiero dejar de decirles cuanto hay de alegoría del PP canario en las goteras del pabellón de deportes. Tal y como le van las cosas a Soria, me temo que no habrá bastantes baldes y bayetas para las goteras del PP; ni siquiera le servirán con las que anuncian en la tele que tienen, por lo visto, superpoderes de absorción desde la primera pasada. Deberá recurrir a barreños granditos en lugar de baldes y encargar a la empresa que le hizo la bandera la confección de un pañolón de proporciones suficientes que empape bien. Todo para evitar mayores descalabros de los que ya se apuntan en la provincia oriental; de la occidental ni les cuento.