Las responsabilidades de ese relevante retroceso socioeconómico, del que es duro reflejo ser líderes en desempleo en el Archipiélago muy por encima de Tenerife, se reparten entre un Cabildo Insular de Gran Canaria ineficaz, más preocupado por la imagen de su presidente que por los problemas de la gente, e incapaz de defender consecuentemente a la isla, y un Gobierno de Canarias que a lo largo de toda la legislatura ha actuado de modo absolutamente desequilibrado.Soria tuvo su oportunidad y, de forma lamentable, la desperdició por completo. Fue incapaz de ejercer el liderazgo que los ciudadanos y ciudadanas le encargaron en mayo de 2003, cuando le dieron la mayoría absoluta en el Cabildo. Pactó con Coalición Canaria-ATI y actuó de forma subordinada, permitiendo que los insularistas desmantelaran estructuras del Gobierno en Gran Canaria o subvencionaran su tranvía con dinero de todos los canarios, sin reclamar que nuestros transportes, en situación de evidente crisis, recibieran apoyos similares. Y, no les quepan dudas, el líder conservador volverá a hacer lo mismo tras la noche del 27-M. Su desesperación ante el más que previsible batacazo de su partido en la isla –donde todo apunta a que perderá de forma nítida las mayorías absolutas que hoy sostiene en el Cabildo y en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria-, y su estancamiento o bajada de escaños en el Parlamento de Canarias, le hará apoyar a CC-ATI de forma más sumisa aún, tragándose todo lo tragable e intragable para buscar su tabla de salvación personal. El precio a pagar será, una vez más, la completa subordinación de Gran Canaria.Más desequilibriosEn ese caso, y en otras hipótesis, Coalición Canaria-ATI volverá a intentar decidir el destino de Gran Canaria y Canarias, volverá a ser quien ponga a nuestra Comunidad en una situación límite por su perversa manera de entender Canarias. Una situación inaguantable que se traducirá en más desequilibrios, en más hegemonía de un territorio sobre los otros, en menos relevancia del interés general, en menos preocupación por el territorio, el medio ambiente o los servicios públicos.Y apunto a la presencia de otras hipótesis, porque también en el bando socialista hay autorizadas voces del aparato del partido que defienden con uñas y dientes el pacto con ATI. Lo hacen de forma coherente, eso hay que reconocerles, con la que ha sido su práctica política a lo largo de la legislatura que acaba, es decir, en consonancia con la línea que ha mantenido su secretario general, Juan Carlos Alemán, de colaboracionismo permanente con Coalición Canaria-ATI. Hay que volver al Gobierno tras doce años de recorrido por el desierto, piensan muchos socialistas, y ello se haría aún a costa de sacrificar a su candidato, Juan Fernando López Aguilar, poco proclive inicialmente a ese entendimiento; y, lo que es más grave, se llevaría a cabo aunque ello suponga frustrar las esperanzas de cambio de muchos de sus votantes.En Nueva Canarias hemos sido muy claros en este asunto. Somos la única organización en condiciones de decir que no pactaremos con Coalición Canaria-ATI bajo ningún concepto y que cualquier fórmula de Gobierno que pase por ATI-CC será más de lo mismo: insularismo, desequilibrios entre las islas y hegemonía de una de ellas, olvido del interés general, mezcla de negocios y política… Oposición realNos avala haber sido la única oposición real durante toda la legislatura. Los únicos que hemos denunciado todos y cada uno de los desmanes de este Gobierno, desde su práctica desarrollista y destructora del territorio a su fracaso en el avance del peso de las energías renovables en las Islas, pasando por su grave dejación sobre el funcionamiento de los servicios públicos o su plegamiento a los intereses del Cabildo de Tenerife, a quien dispensa un trato diferencial que se ha traducido en cientos de millones de euros regalados a la corporación que preside Ricardo Melchior.La reacción de Coalición Canaria-ATI ante el caso Las Teresitas, pretendiendo convertir en presuntas víctimas a los responsables de una compraventa que el Tribunal Supremo ha considerado ilegal, y de la que se pueden derivar en el futuro responsabilidades penales, constituye una muestra más de que nada va a cambiar a mejor en Canarias si ATI sigue en el Gobierno, sola o acompañada.Por eso, en Nueva Canarias-Nueva Gran Canaria persistiremos hasta el último día de campaña en nuestra crítica contundente a ese modo perverso de hacer política. Y en nuestra absoluta firmeza en llevar a las instituciones nuestro modo de entender Canarias, desde la unidad, el equilibrio entre todos los territorios, el rechazo de hegemonismos de una isla sobre otras y la permanente defensa del interés general de los ciudadanos y ciudadanas. Porque Gran Canaria se la juega y la superación de la actual crisis de nuestra isla no permite ni dilaciones ni tibiezas.(*)Román Rodríguez es candidato de nueva Canarias a la Presidencia del Cabildo Insular de Gran Canaria. Román Rodríguez (*)