El horario de invierno es antisocial

1. A cualquier persona que viaje a un país extranjero (póngase usted en el caso) le interesa que se “haga de noche” a la hora más tardía posible para disfrutar más de las bellezas urbanas y rurales de ese país en sus paseos y excursiones. A los turistas que recibimos entre Noviembre y Marzo (5 meses claves en nuestro negocio turístico) les vendría mejor que “se hiciera de noche” a las 7 y media que a las 6 y media. Esto es lo que a la fuerza ha ocurrido con el disparatado cambio al horario oficial de invierno a partir del domingo 26 de Octubre.

2. Los niños vuelven a sus casas desde los colegios sobre las 5 de la tarde. No es lo mismo para sus madres dejarlos a salir a jugar a la calle (parques, etc.) mientras aún es de día que cuando ya es de noche. El horario de invierno (de noche a las 6 y media, por decreto y estúpida obediencia a los intereses de la Europa continental) limita la tranquilidad de los padres y la expansión callejera de los niños en las plazas y espacios verdes de nuestras ciudades.

3. Por la situación de inseguridad de muchos de nuestros barrios, a muchos viejos, y viejas, les da miedo salir a la calle de noche. Sus saludables paseos, y hasta sus compras, se ven limitados con el horario de invierno y contribuyen a su auto-reclusión en sus casas desde las 6 de la tarde.

4. Sería muy interesante preguntar a los comerciantes (de Las Palmas, Santa Cruz, La Laguna, Telde, La Laguna, el Puerto de la Cruz, los “sures” de Gran Canaria y Tenerife, etc.) si les vendría o no mejor establecer como fijo el actual horario de verano, suprimiéndose el cambio de hora de Octubre.

5. Cada país tiene el derecho, y el deber ante los ciudadanos, de establecer la hora oficial que conviene a los intereses de su tejido social. En el caso de la Comunidad ¿autónoma? de Canarias con mucho más motivo, ya que no tenemos fronteras terrestres con otros países, y por tanto nuestra decisión en este terreno no afecta a nadie. Además en nuestro caso, con el horario de invierno vamos incluso a gastar más energía. ¿Para qué cambiamos, entonces?

-En conclusión: Canarias debe desmarcarse de la directiva comunitaria sobre el cambio de hora. Nuestro último cambio debe ser el 29 de marzo de 2009 al retomar un horario de verano que no debemos abandonar nunca más. Si los políticos y parlamentarios canarios no muestran iniciativa ni para esto (con la influencia directa y sin coste que tiene en nuestra calidad de vida y en la de nuestros visitantes, así como en el movimiento comercial en las zonas turísticas) ya me dirán qué cabe esperar de ellos en cosas más complicadas. Su ceguera hace temer que si la UE propusiera establecer como fijo el actual horario “de invierno” (y no el de verano, que es el que nos conviene) también aceptarían como corderos esa imposición que empeoraría aún más las cosas.

Emilio de Fez Marrero