Espacio de opinión de Canarias Ahora
La Iglesia necesita dinero
Yo comprendo esta necesidad de hacer caja que tiene la Iglesia. Tiene mucho personal, muchas empresas y muchas propiedades. Todo eso genera gastos. Aunque hay que reconocer que también tiene muchas ventajas fiscales: el año pasado la Comisión Europea preguntó al Reino de España por qué los ayuntamientos no le cobraban a la iglesia impuestos por construir hospitales o universidades privadas. En esto de hacer dinero los obispos españoles son unos linces. La única emisora de radio de España que tiene tarjeta visa es la COPE. Si usted entra en su página web podrá ver cómo le invitan a sacarse la visa COPEcard, sin necesidad de cambiarse de banco. La verdad es que es una comodidad porque no le exigen abrir una cuenta en la Banca del Vaticano, así usted no tiene por qué sentirse cómplice de una banca que fue acusada de ayudar a guardar el dinero al gobierno pro-nazi de Croacia o también de guardar millones de dólares que sirvieron para financiar a los terroristas de la contra nicaragüense.
Pero no hace falta irse tan lejos para hablar de los privilegios que tiene la iglesia católica y de las barbaridades que hacen sus dirigentes. Después de la muerte del que había sido Caudillo de España por la gracia de Dios, la dictadura del Vaticano se apresuró a renovar el Concordato que habían suscrito con Franco en 1953. En ese contexto se firmaron unos acuerdos que siguen vigentes, además de los privilegios fiscales ya nombrados, el Estado español se comprometía a pagar a los profesores de religión, pero los docentes serían seleccionados, contratados y despedidos por los obispos. La Confederación Canaria de Trabajadores acaba de hacer pública dos nuevas sentencias favorables a profesores que habían sido despedidos por ejercer el derecho a la huelga. Sólo en las últimas semanas hemos conocidos cinco casos parecidos: despidos a docentes por ejercer derechos fundamentales. Ahora el gobierno canario y el obispado tendrán que pagar 100.000 euros de indemnización por salarios pendientes y por daños morales causados a los trabajadores. En Cataluña bastó un simple caso para que la Generalitat advirtiera al obispo que para despedir a alguien que cobra un sueldo pagado con los impuestos de los catalanes hay que tener argumentos ajustados a la legislación laboral de un Estado de Derecho. Pero en Canarias no ocurre lo mismo, este gobierno que presume de estar cerca de la gente agacha la cabeza ante los obispos y permite que se pisoteen los derechos fundamentales sin rechistar. Además le da un canal de Televisión Digital Terrestre a los obispos para que nos adoctrinen a los que creemos que hay que acabar con los privilegios que lograron después de la victoria del movimiento nacionalcatólico en la guerra española. No me importa que los obispos se encarguen de seleccionar al personal que irá al cielo. Pero a los profesores que cobran de mis impuestos no los pueden seleccionar ni despedir los jerarcas de una iglesia determinada. Los obispos pueden cantar misa, y Paulino Rivero y Milagros Luis se pueden arrodillar ante ellos, pero que lo hagan en la iglesia en su tiempo libre. Me gustaría que cuando el obispo llame al gobierno canario para decirle que quiere despedir a un profesor porque ha ido a la huelga o porque vive en pecado, que la consejera le diga lo mismo que escribió en su carta dirigida a los padres cuando los profesores pedían la homologación salarial, porque si echan a un profesor “dejarán a los niños sin notas, sin clases, sin?¿hasta cuándo?¿hasta dónde?”
Juan GarcÃa Luján
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