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La interminable guerra entre Palestina e Israel

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Hace unas semanas conocíamos la amplitud de manifestaciones israelitas protestando y oponiéndose a la coalición ultraderechista del presidente Netanyahu que recorta los poderes democráticos del Parlamento Knesset. El actual gobierno de Israel se constituyó el 29 de diciembre de 2022. La Knesset votó la investidura por 63 votos a favor y 54 en contra. El líder del partido Likud, Benjamín Netanyahu, juró su cargo como Primer Ministro.

Cabe indicar que este gobierno, formado por una coalición de 6 partidos, es el de corte más derechista desde la creación del estado de Israel. Los manifestantes judíos en las calles de Israel clamaban contra la tendencia dictatorial. Con ese gobierno ultra se infligieron humillaciones religiosas y políticas a los palestinos. Y se continuó con el amurallamiento y control de los territorios de los palestinos, especialmente de la Franja de Gaza.

El Estado de Israel ha fijado su capital en Jerusalén, pese a la falta de acuerdo internacional sobre el estatuto de la ciudad. Menos de una decena de países ha reconocido esa capitalidad, y la inmensa mayoría de las embajadas se mantienen en Tel Aviv a la espera de un acuerdo sobre el estatuto final de Jerusalén. La población de Jerusalén es de casi 1 millón de habitantes, de los cuales un tercio son palestinos de Jerusalén Este.

Al mismo tiempo, la presión de EEUU empujaba a las monarquías arabes a pactar con el gobierno de Israel. Especial relieve tenía la posible reanudación de las relaciones diplomáticas con Saudi Arabia.

Y ocurrió lo inesperado

A las 06.30 hora local del 7 de octubre se desató la “Operación inundación de Al-Aqsa” con un verdadero despliegue militar penetrando dentro del propio estado de Israel. Los servicios secretos y militares israelitas fueron sorprendidos por una operación militar de gran envergadura que sin duda tenía meses de preparación. Hamás trataba con sus ataques de rememorar el 6 de octubre de 1973. En aquellas fechas tenía lugar la celebración más sagrada del judaísmo, el Yom Kipur, y una coalición de países árabes lideradas por Siria y Egipto ataca por sorpresa los Altos del Golán y la península del Sinaí. Se inició así una guerra que concluyó el 25 de octubre del 73. En ella, Israel sufrió casi 3.000 muertes y los países árabes cerca de 9.000. Israel mantuvo para sí el Golán y el Sinaí pero fue la primera vez que dudaron de su fuerza para contener la amenaza militar de sus enemigos.  

Yom Kipur es el Día del perdón y del arrepentimiento de corazón. Y Hamas y sus aliados quisieron con su ataque sin precedente recordar que Israel no se ha arrepentido de sus crímenes contra los palestinos.Así en este 2023 se continuaba un nuevo episodio de la guerra israelí-palestina, los israelíes festejaban la fiesta del Sucot (Fiesta de los Tabernáculos), que se celebra 7 días en Israel y 8 días en la diáspora judía. Grupos armados palestinos especialmente del Hamas junto con otras organizaciones lanzaron un gran ataque desde la Franja de Gaza con andanadas de cohetes y vehículos transportando militantes armados. La acción fue un éxito en su preparación secreta y una total sorpresa. El gobierno israelí habla -sin pruebas- de un apoyo de Irán.

LOS MEDIOS OCCIDENTALES Y LA MANIPULACIÓN

La mayoría de los medios occidentales que, en meses anteriores, han estado silenciosos durante los pasados abusos del gobierno Netanyahu con todo el aparato del Estado, calificados como terrorismo de Estado por los palestinos y otros árabes, esos medios ahora abandonan el silencio y se desatan contra estas cruentas y sin duda brutales acciones calificándolas de “terroristas”. Unos hablan de acciones defensivas y otros de terroristas, según del lado que se miren. La objetividad informativa brilla por su ausencia. Es significativo que la mayoría de los países latinoamericanos llamen al cese de la Guerra sin acusar de terrorismo, asimismo lo hacen Rusia y China. Pero la ministra alemana Baerbock y todo el “Occidente” (?) exceptuando a sus izquierdas, se proclaman solidarios con Israel de Netanyahu y califican las acciones militares de los militantes palestinos de “terroristas”.  Naturalmente, en estas acciones mueren civiles y se cometen atrocidades lamentables y condenables. Pero no menos lamentables y condenables son las acciones que el gabinete ultraconservador de Netanyahu y sus aliados ultrarreligiosos desarrollan como “respuesta”.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Galant, ha anunciado públicamente que han cortado los suministros de energía, gas, agua, medicina, alimentos, etc. a toda Palestina. Eso además de las acciones militares de verdadero terrorismo ya que hemos podido ver cómo se derrumbaban enormes edificios civiles palestinos y las víctimas civiles, incluyendo mujeres y niños. Y las víctimas palestinas merecen tanto nuestro respeto y compasión como las víctimas civiles israelitas.

Las acciones del Hamas son producto de la desesperación y del fanatismo. Sin posibilidades de victoria. 

¿GUERRA O PAZ? SEGÚN DERECHAS O IZQUIERDAS

Tan graves ha sido en el pasado los conflictos en torno a la Gaza e Israel y tan graves sus consecuencias que es necesario zanjar las raíces del que parece interminable problema entre sionistas e islamistas. Y eso divide también los campos políticos mundiales. Así la primera ministra francesa acusó al líder opositor de izquierda, Mélenchon, de “antisemitismo” y de “complacencia” con Hamás. La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, ha reprochado al partido La Francia Insumisa (LFI) que lidera Jean-Luc Mélenchon por haber criticado las acciones previas de Netanyahu contra los palestinos como causa del conflicto actual. La ministra le reprocha su “antisemitismo” y su “complacencia” con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), tras su ofensiva contra territorio israelí. En España el Partido Popular acusa a la izquierda de “terrorista” por su solidaridad con Palestina, así la Derecha se pronuncia por continuar la ocupación israelí y la guerra. Pedir Paz es ser terrorista según las derechas “occidentales”.     

Gaza es una de las zonas más pobres, violentas y reprimidas del mundo. Tiene una superficie de apenas 360 kilómetros cuadrados y está habitada por más de 2 millones de palestinos, siendo uno de los territorios con mayor densidad poblacional del planeta, con más de 4.700 habitantes por Km cuadrado. Y han sido objeto y víctimas constantes del control israelita en sus distintas formas policiales y militares.

A los bombardeos ininterrumpidos del ejército israelí de los últimos dos días se suma la decisión del gobierno de Netanyahu de ordenar el bloqueo total del territorio.

En ese “territorio” no hay sólo piedras y animales, habrá población civil de por medio: aunque Israel dirá que va a por Hamás y a liberar a los secuestrados, allí también hay hospitales, escuelas, comercios y civiles que serán víctimas. Esas imágenes pueden acabar moviendo a la opinión pública árabe y a la opinión pública internacional, aunque de momento los “malos” sean los palestinos.

Lo brutal e inhumano de esta confrontación se puede medir tanto por las acciones de ambos bandos como por sus palabras. LA BBC reproduce las palabras del Ministro de Defensa Yoav Galant no sólo cuando impone un asedio total a Gaza, sino cuando dice: “Estamos luchando contra animales y actuamos en consecuencia”. Es decir, despoja de la calidad de ser humano a todo palestino y por tanto le estará permitido todo en la lucha contra bestias sin Derechos Humanos. Esa deshumanización de los palestinos quiere justificar los métodos israelis que asemejan el conflicto a una masacre, algunos dicen genocidio.

INDEPENDENCIA PARA UNOS, CATÁSTROFE PARA OTROS

La expresión popular de que “de aquellas aguas vienen estos lodos” data en España de hace unos 500 años e indica que la mayor parte de los males que se padecen actualmente son consecuencia de descuidos, errores o desórdenes pasados“.

Y los actuales conflictos bélicos entre el palestino Hamas y el Israel de Netanyahu son los lodos heredados de muchas turbias fuentes muy anteriores al orígen mismo del Estado israelita, como fué la Declaración Balfour del Imperio británico. Pero la proclamación el 14 de mayo de 1948 de la independencia de Israel fue la gota que colmó el vaso y produjo que en menos de 24 horas más tarde, los ejércitos regulares de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak invadieran Israel dando lugar a lo que los sionistas llamarían Guerra de Independencia y los árabes palestinos denominan la Nakba (en árabe النكبة, ‘La catástrofe’).     

(Familias palestinas huyen expulsadas de Galilea - noviembre 1948)

Dos personas que guiaban a Israel hacia la independencia pasaron a ser los líderes del país: David Ben-Gurión, presidente de la Agencia Judía, fue elegido primer ministro, y Jaim Weizmann, presidente de la Organización Sionista Mundial, fue designado primer presidente del país. Pero los lodos mortales de la guerra de 1948 venían de 1917.

EL IMPERIO BRITÁNICO APOYABA UN ISRAEL SIONISTA

Mapas de Wikipedia muestran el territorio bajo el Mandato británico de Palestina, una administración territorial encomendada por la Sociedad de Naciones (creada por el Tratado de Versalles de junio del 1919) al Imperio Británico, tras la Primera Guerra Mundial y como parte de la partición y reparto del imperio turco-otomano derrotado. Los vencedores de la Primera Guerra Mundial no permitieron participar, ni en el Tratado de Versalles ni en la Sociedad de Naciones, los derrotados de Alemania, Turquía ni tampoco a la recién creada Unión Soviética.    

El Mandato británico sobre Palestina entró en vigor en junio de 1922 y expiró en mayo de 1948. En un primer momento el Mandato incluyó los actuales territorios de Jordania, Israel y la Palestina, si bien a partir de septiembre de 1922 el Reino Unido separó la parte oriental del mismo, creando el Emirato de Transjordania por abarcar el río Jordán. Las fronteras del Mandato de Palestina fueron revisadas bajo la dirección de Winston Churchill, dividiéndose en dos áreas: la parte al este del río Jordán se conoció como Transjordania (que en 1950 pasaría a llamarse Jordania), mientras que el área occidental conservaba el nombre de Palestina.    

En el año 1922 la población del mandato (incluyendo Transjordania) eran unos 589 200 musulmanes, 83 000 judíos, unos 71 500 cristianos y 7600 de otras confesiones. Durante todos estos años la inmigración judía aumentó en gran parte por la persecución sufrida en la Alemania nazi y el racismo de otros países cristiano-europeos. Esta inmigración, fomentada pororganizaciones sionistas americanas, así como el tratar de establecer un estado judío en Palestina, no fue bien recibida por los árabes.

Durante los primeros meses de 1949, se mantuvieron negociaciones directas, bajo los auspicios de la ONU, entre Israel y cada uno de los países invasores (excepto Irak, que se negó a negociar con Israel), cuyo resultado fueron acuerdos de armisticio que reflejaban la situación al término de los combates.

La planicie costera, la Galilea y todo el Néguev, quedaron bajo la soberanía de Israel, Judea y Samaria (la Cisjordania) pasaron a dominio jordano, la Franja de Gaza quedó bajo administración egipcia, y la ciudad de Jerusalén quedó dividida, controlando Jordania la parte oriental, incluida la Ciudad Vieja, e Israel el sector occidental.,

LA GUERRA DEL CANAL DE SUEZ 1956

En 1956 yo tenía 16 años y recuerdo cómo influyó en los puertos y el comercio de las Canarias el obligatorio desvío del comercio marítimo bloqueado en Suez. Hay que recordar que la Guerra del Canal de Suez se inició cuando el presidente egipcio Nasser nacionalizó el Canal que estaba en manos de compañías británicas y francesas.

El conservador Anthony Eden tenía en los años 1950 una idea de la grandeza del Imperio británico que no correspondía a la realidad del tiempo, algo parecido a lo que ocurre hoy con Estados Unidos e Inglaterra que creen que pueden dictar la marcha de los acontecimientos a su gusto.  Y si en nuestro tiempo Inglaterra obligada por la aristocracia imperial del Partido Conservador ha creído lo mejor para sí es el BREXIT o ruptura con la Unión Europea, el Eden de entonces rechazó la idea de que debía unirse al entonces joven y continental “mercado común”, declarando muy ufano: “Nuestros horizontes son más amplios”.

Su visión respondía a una era que había pasado y no a la que estaba por comenzar. El Anthony Eden, entonces Premier de Inglaterra, tramó un plan tripartito secreto con Francia e Israel. En esta guerra, Israel se colocó militar e incondicionalmente al lado de las potencias opresoras y expoliadoras. Todo acabó porque la Unión Soviética amenazó con intervenir militarmente y los Estados Unidos amenazaron a los agresores con sanciones económicas.    

El tiempo ha pasado y todavía la creación de un estado Palestino dentro de las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como capital, parece ser la única salida del conflicto palestino – israelí. Así lo anunció el ministro de Relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, en reciente conferencia de Prensa conjunta con el Secretario general de la Liga árabe, Ahmed Abu-el-gheit.

“Me refiero a la solución del problema palestino sobre la base de una fórmula bi-estatal, de acuerdo con las decisiones del Consejo de seguridad de la ONU, de acuerdo con los acuerdos de las partes, incluidos Oslo y Madrid, de acuerdo con la iniciativa de paz árabe. Todos estos acuerdos y decisiones prevén la creación de un estado Palestino lado a lado con Israel, que vivirá en paz, seguridad y cooperación”, dijo el ministro de Relaciones exteriores ruso.

La posición de la mayoría de los Estados occidentales sobre el conflicto israelí-palestino plantea serias preocupaciones, dijo Lavrov.

“La posición ”occidentalista“ plantea serias preguntas, porque dicen que Israel debe derrotar, destruir a los terroristas, y punto. Así ha sido muchas veces en la historia de este conflicto sin resolver más largo en la Tierra. Y nunca después de que la situación se calmó, se hicieron esfuerzos para eliminar la causa principal que socava la estabilidad en el medio Oriente”, reiteró con agrio pesimismo Lavrov.

La llamada “Inundación” por el Hamas empezó el 7 de octubre con una lluvia, casi diluvio, de modernos cohetes mortales. Poco después, numerosos grupos de combatientes del Hamás -una organización calificada como terrorista por Israel, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y otros- se agruparon en varios puntos de la frontera para penetrar una zona fronteriza que se creía impenetrable.

“Fue un ataque altamente sofisticado. Atacaron por aire, tierra y mar”, le dijo a la BBC-Mundo el historiador e investigador Ian Parmeter del Centro de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Nacional de Australia. “Es un ataque que seguramente llevó meses de planificación y muchos en Israel estarán preguntándose: ‘¿Cómo es posible que la inteligencia de Israel no lo haya previsto?’”.

Evidentemente la mejor solución pasa por la negociación y el acuerdo largamente propuesto y pospuesto de establecer un Estado palestino junto al Estado israelita. Ni el fanatismo islámico ni el fanatismo sionista son la solución. No será en la confrontación religiosa ni en la militar donde estará el final de esta Guerra que parece interminable, sino en la negociación y el acuerdo politico.

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