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La Jota del candil

Juan García Luján / Juan García Luján

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Uno de los bailes más conocidos de Extremadura es la Jota del candil. Muchas veces sólo se baila, otras veces se canta. La letra que comienza este artículo no fue escrita en la reunión del consejo político local de Nueva Canarias en Las Palmas de Gran Canaria. Aunque, da la casualidad, la familia paterna de Francis Candil es de Extremadura. El consejo está formado por 21 personas, pero el martes por la tarde fueron casi 30, porque las reuniones siempre son abiertas a otros militantes y dirigentes. Me comentan varios asistentes que nadie bailó la jota, que la cosa fue tranquila, durante la hora y cuarto que duró el encuentro no hubo reproches, nadie levantó el hacha de guerra, ni siquiera se dieron nombres de candidatos a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. Las intervenciones se podrían resumir más o menos en este mensaje: “esto es un palo, pero hay que seguir, toda la compresión para Francis Candil, todo el respeto a su decisión personal, toda la discreción sobre sus problemas y él nos pide que continuemos unidos con los mismos objetivos que teníamos”.

La decisión de Francis Candil de renunciar a la candidatura a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria sorprendió a todos, o a casi todos. Cuando uno lleva veinte años siguiendo los movimientos políticos, las estrategias electorales, los discursos públicos, los testimonios fuera de los micrófonos, las puñaladas de la política, las lealtades honestas y las ciegas?Después de ver tantas escaladas y algunas dimisiones, lo normal es aplicar el dicho popular “piensa mal y acertarás” para analizar las cosas que pasan. Pensando mal, pues uno debe pensar que cuando hay una guerra interna por una candidatura o por los puestos en una lista, puede suceder que el que pierda la batalla se lo tome a la tremenda y lo asuma como la pérdida de una guerra y decida marcharse. Pero irse sin montar una escandalera y sin querer hacer daño a compañeros y amigos que siguen en el barco.

Eso fue lo que pensé en las horas siguientes cuando me enteré que Francis Candil había enviado una carta a la dirección de Nueva Canaria anunciando que por motivos “personales y profesionales” renunciaba a ser candidato al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Pero también eso también lo pensaron algunos compañeros de Candil cuando leyeron la carta o se enteraron por los medios de comunicación de su renuncia la mañana del viernes 14 de enero. Esa idea cambió en muchos de ellos después de escuchar la versión de Francis Candil y aceptar que fue una decisión personal.

A estas alturas me quedo con la duda de si la luz del candil se apagó sola, si faltó aceite de su partido o si vino un viento ajeno a los avatares políticos y apagó la lllama. Sea un asunto estrictamente personal o medio personal y medio político (es muy difícil poner los porcentajes), para medir la fuerza de un temporal hay que observar el sonido de todos los vientos. Después de escuchar a casi una decena de personas vinculadas a Nueva Canarias y a Francis Candil, con diferentes sensibilidades políticas, uno llega a la conclusión de que la fuerza política que lidera Román Rodríguez parece que goza de buena salud. Pero no porque los que más mandan son el equipo médico habitual, sino porque en momentos como este saben reaccionar civilizadamente, respetuosos con la decisión de Candil, sin buscar la sangre aunque, eso sí, con ganas también de ocupar los huequitos que se quedan vacíos tras la marcha del candidato a la alcaldía.

Los acontecimientos se precipitaron el viernes cuando se filtró la carta de renuncia de Candil. Por eso Pedro Quevedo tuvo que enviar a los medios un comunicado contando lo sucedido para intentar cortar los rumores. Como no me dedico a la prensa rosa no entraré en asuntos personales. Sólo cabe desear que Francis Candil pase pronto el bache personal que sus compañeros dicen que está afrontando. Todo parece indicar que en los próximos días la comisión de listas propondrá a la ejecutiva que Pedro Quevedo sea el candidato a la alcaldía capitalina. Estamos por tanto ante un nuevo doblete de Román Rodríguez, porque decir Quevedo es decir Román. Habrá dos fotos, pero el cartel del ayuntamiento y el cabildo será el mismo. Tampoco hay muchas salidas alternativas, la luz de doctor Rodríguez oscurece a los otros muchos militantes y dirigentes del partido. Ese es el talón de Aquiles de Nueva Canarias, si quitamos a los alcaldes del sur, en la capital el protagonismo político de Nueva Canarias está centrado exclusivamente en Román Rodríguez.

Después de Román Rodríguez quizá la figura más conocida sea la de Francis Candil. Rodeado de un equipo de gente de su generación (jovencísimos al lado del alcalde), han hecho una campaña política muy buena durante los dos últimos años. En algunos barrios Candil se encontraba con vecinos que le realizaban peticiones pensando que estaban ante un concejal del gobierno municipal. Por eso su decisión de abandonar la candidatura se convierte en un problema importante. Muchos de los que estaban con Candil se incorporaron a Nueva Canarias gracias a él, y han dedicado todo su tiempo libre al proyecto de su candidatura. Será difícil que le pongan las mismas ganas que habían puesto hasta ahora. A pesar de los rumores, se han descartado posibles experimentos de última hora como los nombres de notables conocidos como Francisco Rubio Royo o Lorenzo Olarte, dilemas que hubieran llevado a Nueva Canarias proa al abismo o al marisco.

Uno de los problemas que tenía Francis Candil era la confección de listas, problema habitual de todos los partidos. Román Rodríguez quería poner a uno de su confianza, a alguien del equipo médico habitual. No es un médico, pero sí ha trabajado en el Hospital Dr. Negrín. Y eso parece que era una garantía mayor que cualquiera de los del equipo de Candil. También Marino Alduán tenía una propuesta para número dos, una mujer de su confianza. Ahora que nos está Candil sí podrá ir de número dos alguno de los su antiguo equipo, así son las paradojas de la política. Pero en este juego de la sillita queda libre el primer puesto de la lista al Parlamento. Antonio Morales sabe que si lo desea puede ser el cabeza de lista a la cámara autonómica. Roque Aguayro tiene que decidir en los próximos días si pide a Morales que repita como candidato en Agüimes o acepta que concurra al Parlamento. Pedro Quevedo iba a liderar la lista a la cámara autonómica si Morales se quedaba en Agüimes, ahora que va al ayuntamiento Nueva Canarias está pensando en Inés Jiménez y otros nombres.

El pacto con el CCN está desechado. También está descartado el partido del Marqués de las Dunas. Pero habrá alianzas muy variadas. En Lanzarote no está descartado el PIL (eso ha frenado a Antonio Morales), en Tenerife están hablando con Nacho Viciana y los otros militantes díscolos del PSC-PSOE. Con todo este lío de siglas y matrimonios, que vive Nueva Canarias pero que también están viviendo el PP (Agrupación de Vecinos y otras fuerzas locales ) o Coalición Canaria (con el CCN y otros), no debería extrañarnos que la mitad de los canarios no sepan a quién van a votar. Si los dirigentes políticos no saben ni en qué siglas van a ir.

Pero la renuncia de Francis Candil debería servir de reflexión a un partido que se define progresista y nacionalista. En política no se avanza ni llorando las marchas repentinas ni bailando una jota extremeña. Creo que de los partidos con representación institucional Nueva Canarias es el que funciona de manera más democrática. Hay debate interno y las decisiones se toman en órganos colectivos. Pero eso es compatible con otra lectura que se podría hacer: del caudillismo de Mauricio en Ican se ha pasado al liderazgo del equipo médico habitual. Tienen a mucha gente valiosa, pero al final aplican un pragmatismo basado en el voto útil, en las caras conocidas por las encuestas, en las alianzas permanentes con malas compañías (algunos personajes del PNL de Lanzarote no tiene nada que envidiar a la chusmería del PIL). El voto golfo que sumas en Lanzarote te resta de votos cristianos en Gran Canaria. Lo importante es la suma final, eso es lo que decía Mauricio y lo que mantiene el equipo médico habitual. Con el paso de los años hemos visto las restas de Coalición Canaria en Gran Canaria. Pero no le voy a decir yo a la militancia de Nueva Canarias en manos de qué médicos dejan la salud de su partido.

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