Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un libro para una obra radiofónica
Estaban los autores y el director, José Siverio Pérez, espléndidamente conservado. Antiguos empleados y colaboradores. Y oyentes, muchos oyentes.
La emisora fue toda una referencia en el ámbito de la comunicación de los años 60, no sólo para la comarca, sino también para el norte de Tenerife e incluso para La Palma.
La obra recopila testimonios verbales y documentales que permiten conocer las interioridades, la vida y la trayectoria de aquella Voz del Valle dirigida por el padre Siverio cuyo magisterio resultó decisivo años después cuando nos guió en Radio Popular de Tenerife.
Julio y Rodrigo hablaron de su trabajo, encuadrado en el ambicioso proyecto de registrar la historia de la radio en Canarias. Pusieron énfasis y pasión en sus palabras: el amor por la obra bien hecha.
La Voz del Valle fue un modelo de radio participativa y a la vez un ejemplo de cómo ingeniárselas para superar limitaciones y condicionantes de todo tipo desde el punto de vista técnico y de contenidos.
“Buenas noches, padre, ¿es la Voz del Valle?”, era la infalible pregunta inicial de la audiencia en aquel espacio Las tres columnas, ideado para contribuir a superar las desigualdades sociales en la Navidad. Las gentes de los tres municipios del Valle competían en noble lid a través de las ondas para ayudar a los humildes, a los más necesitados. Era el enfoque de la época. Fue uno de los emblemas de la emisora, con lo que hoy se llamaría un efecto enganche espectacular.
De La Voz del Valle -paradójicamente, la implantación de la frecuencia modulada fue su perdición- quedan gratísimos recuerdos y la estela de excelentes profesionales: Alvaro Morales, Ismael Reyes, Domingo Hernández Torres, Carlos Argüelles, Segismundo Rodríguez, Isabel Dorta? Que nos perdonen alguna omisión, por lo demás involuntaria.
Este libro de Yanes y Rodríguez hace justicia, rescata del olvido una auténtica obra radiofónica, la desplegada en miles y miles de horas de emisión y en algunas iniciativas que hablan a las claras de la capacidad emprendedora de quienes eran sus responsables.
El maestro, Juan Cruz Ruiz, escribe en su prólogo que “pone los pelos de punta”, frase gráfica que sirve para entender cómo era la radio de entonces y cómo La Voz del Valle fue, a su modo, todo un compromiso y hasta un soplo de libertad de expresión en aquellos oscuros años.
Los que seguimos vinculados al medio, los que hemos palpado los formidables avances técnicos, incluso en las emisoras más modestas, en donde priman los valores locales, tenemos en aquella Voz una referencia primordial y en este libro que recomendamos, no sólo a los nostálgicos, un soporte documental que hemos querido destacar, no para hablar de nosotros mismos sino para rendir tributo a quienes abrieron aquellos surcos memorables.
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