López Aguilar y el sastrecillo valiente

Como afirman hoy los confidenciales de este mismo periódico, es cierto que ayer almorcé con Juan Fernando López Aguilar, pero aunque fuera el único representante de un medio canario no estaba solo. Allí estaba el barbado Felipe Sahagún, hoy del Consejo Editorial de “El Mundo” y al que muchos recordarán por sus análisis de política internacional en TVE. “A mi me cae muy bien López Aguilar, me parece un tipo honrado y muy bien preparado”, dijo antes de que apareciera el invitado. No exagero como Carmen Guerra si desvelo que entre los asistentes que lo escucharon, que fueron muchos y de distintos medios e ideologías, esa opinión fue bastante compartida, pues a casi nadie le gusta la corrupción, y menos con su propio dinero público o de sus impuestos. A algunos sí que les gusta, claro, pero allá cada cual con sus ambiciones o sus desmanes en un país donde se sabe hasta lo que no pasa, según cuenta con gracia Armas Marcelo. Miguel Angel Aguilar, que organizó el ágape, también tuvo su punto: tras confirmar que todos los asistentes estaban en contra de los “paraísos fiscales” por unanimidad, reclamó idéntica claridad de juicio para las sastrerías. Y es que en Valencia, según me cuentan, están de Fallas y al presidente Camps le han saludado ya espontáneos en la calle al grito de “¡trajes para todos!”. Su ex jefe de prensa en la Generalitat, Federico Quevedo, buen periodista afin a Rajoy, ya lo ha escrito tras la espantá de Camps a la última Junta Directiva Nacional del PP: “La ausencia de Camps fue, sin embargo, la nota destacada del encuentro. ”Se estará probando un traje“, comentó con desafortunada ironía un miembro de la Junta Directiva. Y es que la defensa que de él hace la Dirección del PP flaquea, sin embargo, cuando se desciende a puestos inferiores en el escalafón y nadie da ya ”un duro“ por su carrera política fuera de Valencia: ”No podrá acusársele de delito alguno ?decían ayer fuentes del PP-, pero su amistad con El Bigotes ya le ha marcado“. El sastrecillo valiente, a lo que se ve, no es sólo un célebre cuento de los hermanos Grimm. Y en este país de oralidad exacerbada y desmemoria colectiva, el sastre que era un desastre ha decidido ”cantar“ para los que poseían (y poseen) flaca memoria... Y es que, como dice el refrán, hay que estar preparado para todo en la vida, pues el mejor sastre hace un remiendo... y yo voy a tener que aprender alta costura.

Federico Utrera