Pero el Niño Bravo tiene un refuerzo importante en Rosa Rodríguez, consejera de Presidencia, Economía y Hacienda, que ha ninguneado constantemente a Agustín Medina, y le ha puesto entre la espada y la pared, boicoteando de forma permanente al Granca y sometiéndole a un asedio burocrático tremendo, hasta el punto de aburrir a los dirigentes del equipo. Toda esta maniobra está destinada a que vuelva como presidente del Gran Canaria, Lisandro Martel, hombre próximo al Partido Popular y del agrado de Rosa Rodríguez, y además, de José Manuel Soria. Y claro, como el Niño Bravo es muy disciplinado la primera cosa gorda que hace como consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria es dinamitar al club de baloncesto. Bien empezamos cuando todavía no ha llegado el otoño caliente.