La mano que mece la cuna

En las 59 páginas del nuevo pacto de gobierno 2011-2015 entre Coalición Canaria (CC) y el PSOE en las islas es muy difícil encontrar objetivos cuatrianuales cuantificables. Pero los hay. Y desde ellos se juzgará la acción política de la nueva legislatura, que esperemos que no comience como la anterior, mandando al Rey el resultado de una votación de investidura antes de que la misma se produjese.

Se dice en el pacto CC-PSOE que se quiere que en 2015 las energías alternativas representen en canarias el 30% del total, cuando desde 1993 sólo se ha conseguido que lleguen apenas al 3%. Se dice que se trabajará contra el paro registrado en las islas: 254.341 trabajadores. Con las políticas activas de empleo transferidas, aquí tenemos una línea roja a seguir. Si el número de parados no se reduce de esta cifra, este objetivo no se verá cumplimentado.

Se comenta que las listas de espera se quieren fijar a 30 días de tiempo medio de espera, sin deber superar los 90 en ningún caso. Pero no se dice nada de elevar a Canarias la media de camas hospitalarias por habitantes, muy distante de la europea y de la española en su conjunto. Es más, el acuerdo por la gobernabilidad, la dinamización económica, el empleo y la cohesión social de Canarias -Pacto por Canarias- suscrito por CC y PSC-PSOE, no incluye ningún compromiso presupuestario específico para reducir las listas de espera en el archipiélago. En 2010, 3.904 personas esperaron más de seis meses en las listas de espera quirúrgicas. Aquí tenemos otro baremo a seguir.

La reforma electoral (con requisitos determinados en el pacto) y la reforma estatutaria se nos presentan igualmente como referentes precisos, pero tienen el finiquito de las próximas elecciones generales (ya sean en noviembre o en marzo de 2012). Y ya se sabe. “Tempus fugit”.

Pero en educación no se dicen medidas concretas contra el fracaso escolar o el abandono escolar, ni mucho menos se compromete el nuevo gobierno a no disminuir, como en sanidad, la ratio inversora en relación al Producto Interior Bruto archipelágico.

¿Se seguirán dando créditos de millones de euros a la televisión autonómica canaria mientras se sigue sin aplicar en nuestra Comunidad Autónoma, en nuestra nacionalidad, la ley de dependencia?

Decía Paulino Rivero el 10 de julio de 2007: “Permítanme que me dirija a los canarios de todas las islas para asumir con todos ellos el compromiso de presidir un Gobierno justo, capaz, transparente y firme en la defensa del interés de los canarios”.

Estaremos pendientes, pues, no sólo a las palabras que nos diga el candidato presidencial seguramente en la primera semana del mes de julio, sino preferentemente a los hechos de su Gobierno de coalición. Estaremos, de esta forma, al cumplimiento de los objetivos cuantificables, y no a otra cosa. En cuatro años? O en menos? Por que como decía Ortega, “yo soy yo y mis circunstancias”.

Mas también estaremos pendientes desde hoy a las palabras de la diputada Oramas en los tres días del debate del Estado de la Nación en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía popular, en la que se escenificará nuevamente el pacto PSOE-PNV-CC-UPN. Decía no hará mucho el PNV que nunca había conseguido tanto por una abstención. ¿Qué ha conseguido Coalición Canaria desde la firma el año pasado de los acuerdos de legislatura? Coalición Canaria aún no ha conseguido el “nihil obstat” del Ministerio de Economía y Hacienda para sus proyectos estelares ferroviarios, aún no ha conseguido que se cumpla con la deuda histórica canaria o con la inversión anual prometida del Plan Canarias firmado en Las Palmas de Gran Canaria.

¿Hablará de todo ello la diputada Oramas estos días en Madrid? ¿Cambiará el sentido del voto de Coalición Canaria? Largo me lo fiáis?

Al menos ya no hay que aguantar hasta las tantas, sino madrugar para escuchar? Y ya se sabe, a quien madruga, Dios le ayuda.

Mientras Europa se desangra en sus políticas sociales y el euro se debilita en la espera de la decisión griega sobre el nuevo plan de estabilidad, en Canarias la clase política se entretiene, pues, forjando pactos que más pronto que tarde se romperán. Porque la eternidad no es una condición humana. Y mucho menos en política.

José Carlos Gil Marín