Espacio de opinión de Canarias Ahora
Mentecatos y mentecatas
No creo en los horóscopos. Isabel Díaz Ayuso y Pablo Iglesias tienen algo en común: los dos nacieron el mismo día del mismo mes y del mismo año, pero son como el día y la noche, totalmente antagónicos, a pesar de que comparten el mismo signo zodiacal.
Irene Montero y Ayuso tienen también algo en común que hemos podido ver estos últimos días: su soberbia y la poca humildad para reconocer la realidad y sus graves errores. Su única reacción ha sido insultar a todo quisque que se opusiera a sus planteamientos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid reaccionó mal, aunque de forma previsible, después de la multitudinaria manifestación celebrada en Madrid para protestar por su política sanitaria. En vez de reconocer el evidente éxito de la protesta y tender la mano humildemente a los profesionales sanitarios para arreglar el entuerto en los centros de salud de su comunidad, se puso farruquita y acusó a la ultra izquierda de manipular a los cientos de miles de manifestantes, como si estos fueran tan tontos como sus votantes.
Para la que fuera eficaz asistenta en las redes sociales del perro Pecas de Esperanza Aguirre, todos los médicos y enfermeras de Madrid son comunistas o se dejan manipular por bolcheviques y mencheviques sin reparar en que es ella la que está rodeada de mentecatos. Ella es la reina de los mentecatos, la mentecata máxima.
Irene Montero también ha reaccionado malamente ante los palos y varapalos judiciales que ha recibido su ley estrella del 'solo sí es sí' sobre derechos y libertades sexuales. Desde que entró en vigor, unos cuantos violadores ya condenados han logrado rebajar sus penas de manera automática y retroactiva.
Ante esta situación, a la ministra solo se le ha ocurrido acusar a los jueces de machistas y fachas. Yo no dudo que algunos de ellos lo sean y para muestra tenemos en Canarias al juez Salvador Alba, corrupto y simpatizante de Vox.
Sin embargo, es absurdo y pueril acusar a todos los jueces españoles de ultras y sexistas o de fachas con toga, aunque haberlos haylos, y como prueba vale una pila de sentencias. De hecho, en este caso no ha habido diversidad de opiniones entre las asociaciones judiciales españolas, desde la más conservadora a la más progresista. Todas ellas han responsabilizado al Ministerio de Igualdad de elaborar una ley de manera inadecuada y con graves lagunas que impelen a los jueces a tener en cuenta las reclamaciones y los recursos de los violadores ya condenados para rebajar su castigo.
A la ministra ya le advirtieron de que esto podía ocurrir pero los juristas que elaboraron la ley no hicieron caso de las advertencias. Es paradójico que sean los delincuentes sexuales los que más tengan que agradecer a la ministra de Igualdad la rebaja de sus penas.
Es evidente que esto no es lo que la ministra quería ni está en el espíritu de la ley pero la chapuza está costando cara a las víctimas de delincuentes sexuales. Irene Montero, a pesar de las enormes diferencias políticas con Ayuso, formalmente se ha comportado igual que ella, anteponiendo la soberbia a la humildad.
Es curioso y frustrante ver cómo personas tan distintas y distantes pueden reaccionar de manera similar ante un revés político. Ni el sectarismo ni la soberbia conducen a nada bueno. Los ciudadanos no se merecen gente tan mentecata en los gobiernos.
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