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¡248 millones perdidos!
La microeconomía no tiene un capítulo dedicado a estudiar el comportamiento de los consumidores o de las familias en condiciones de pobreza o de pobreza extrema. Por su parte, la macroeconomía estudia el nivel de empleo y el desempleo, pero no la pobreza. Tampoco se estudia la desigualdad extrema en la distribución del ingreso o la gran concentración de la riqueza.
Tampoco puede asimilarse como un enfoque teórico definitivo el reconocimiento de que la pobreza es un fenómeno multidimensional. El recurso a esta caracterización ya se ha ensayado sin resultados palpables en varios fenómenos teóricos? Aunque el enfoque actual para la identificación de la pobreza y para la formulación de políticas es confuso. Llegado a un punto se reconoce la multidimensionalidad de la pobreza para esconder el hecho de que se carece de teoría y de que, a falta de ella, se adquieren denominaciones arbitrarias al colocar etiquetas a fenómenos complejos sin contribuir a explicarlos, como es el caso de la denominada economía informal o la marginalidad urbana. Lo multidimensional emerge porque los enfoques ad hoc para identificar a los informales, a los marginados, a los excluidos o a los pobres, se quedan en meras quimeras retóricas políticas sin solución alguna?
En enero de 2010, con más de 253.000 parados registrados en las islas, Paulino Rivero anunció 80.000 nuevos empleos en 18 meses; nueve meses más tarde señaló que traería un millón de turistas y que esto generaría unos 30.000 puestos de trabajo, para añadir en febrero de este año en sede parlamentaria la creación de 40.000 empleos. Pues bien, en febrero el paro ha seguido subiendo en las islas, llegando a 261.176. Ya sólo le quedan al Presidente tres meses para cumplir lo prometido en esta materia.
Lo acontecido en este ámbito es una muestra más del mundo virtual en el que hemos estado viviendo en estas islas; mejor dicho, en el que ha estado viviendo la clase gobernante de estas islas.
Los empresarios e inversores isleños no encontraron en dicho mes dónde colocar sus depósitos de la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC). Hasta 300 millones de euros correspondientes a la RIC constituida hace cuatro años y cuya reinversión obligada vencía el pasado 31 de diciembre buscaban colocarse; pero sin éxito en posibilidades de negocio que no existen debido a la crisis, o más cómodamente en una deuda pública también inexistente, los cauces estaban cerrados. Es más, en los dos últimos dos años ni el Gobierno regional ni los Cabildos han emitido prácticamente deuda. El resultado es que habrá que pagar el Impuesto de Sociedades como si se estuviera en el resto del territorio estatal, en torno al 25-30%. Eso significa que si esos 300 millones deben abonar ese impuesto, la Agencia Tributaria del Ministerio de Hacienda ingresará una tercera parte, 100 millones, que correspondería al tributo empresarial más las demoras. En torno a un millar de sociedades, sobre todo pequeñas y medianas empresas que tienen mayores apuros que las grandes entidades para materializar las dotaciones a la RIC, se encuentra en ese trance. Esta reflexión escondía además otra entropía: si se pensaba ab initio en la salida de la deuda para la RIC, el considerarla un instrumento efectivo para la creación de empleo no era un instrumento tan efectivo como su normativa y su praxis decía pretender, desde que se aprobase en 1994 a través de la ley estatal 19/1994.
La suscripción de acciones y participaciones o de deuda pública era la “ratonera” que la normativa conllevaba para no vincularse estrictamente a la creación de nuevo empleo o de nuevo tejido empresarial, ya que con cargo a ella se podían, pueden adquirirse acciones o participaciones en el capital emitidas por sociedades que desarrollen su actividad económica en Canarias, pertenezcan a la Zona Especial Canaria (ZEC) o hayan sido emitidas por sociedades y/o fondos de capital riesgo; títulos valores de deuda pública de la Comunidad Autónoma de Canarias, de las corporaciones locales canarias o de sus empresas públicas u organismos autónomos, admitidos para la materialización; títulos valores emitidos por organismos públicos que procedan a la construcción o explotación de infraestructuras o equipamientos de interés público; o títulos valores emitidos por entidades que procedan a la construcción o explotación de infraestructuras o equipamientos de interés público. Ergo, echa la ley las excepciones hacen el resto?
Y es lo que ha pasado con la RIC, entre otros instrumentos, porque la diversificación económica archipelágica, de la que se ha venido hablando desde la década de los 90 del pasado siglo XX, sigue siendo una entelequia.
Con todo lo dicho es normal que el paro siga siendo el principal problema de la sociedad canaria, con más del 83% de la población pensando así al respecto.
José Carlos Gil MarÃn
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