La motivación
-Por fin ya está aprobada la nueva legislación laboral. A partir de ahora, solo tengo que esperar a que me ofrezcan un empleo y así poder empezar a trabajar.
-Bueno, la verdad es que creo que tienes algún problema de enfoque en lo que a la resolución de tus problemas laborales se refiere. No me hagas mucho caso, pero el empleo no depende de la normativa. Principalmente depende de la necesidad o no de contratar un mayor número de horas de trabajo.
-No seas aguafiestas. He escuchado las noticias y se va a acabar con el desempleo juvenil a la vez que se apuesta por la estabilidad en los contratos ¿no es acaso verdad?
-Claro, claro. La pretensión es esa. Hay que pensar que la motivación principal de una norma no se basa en beneficiar a una parte para perjudicar a la otra. De hecho, el que haya sido consensuada entre las partes que activamente intervienen en el mundo del trabajo es el gran valor añadido que, hasta la fecha, no se había podido establecer.
-Ya. Pero son solo una parte de la sociedad. De hecho, la representación popular la tienen las Cortes por lo que ha sido allí donde definitivamente se ha aprobado.
-Por supuesto, pero no te olvides que las personas que nos representan están ahí porque se les ha elegido y no porque jugaron a la lotería y les tocó un premio.
-Vale, vale. Pero volviendo al quid de la cuestión ¿tú cuándo crees que me van a llamar para empezar a trabajar?
-Vamos a ver cómo te lo digo para que no te molestes a la vez que lo entiendas. ¿Has presentado alguna solicitud? ¿Está circulando entre las ofertas de empleo tu curriculum vitae en donde se establece claramente cuáles son tus competencias transversales? ¿Tienes la formación necesaria para hacer lo que quieres hacer, o para ser lo que quieres ser?
-¿Hace falta acaso que haga todo eso? Yo estudié algo, sí. Y mi titulito lo tengo. Ahora se supone que me toca a esperar. Yo ya me esforcé. Ahora le toca al resto.
-Insisto en tu desenfoque. Solo puedes exigir cuando todo lo que esté a tu mano esté completamente desarrollado. La formación no es previa a un empleo. La formación es consustancial a nuestra vida diaria, desde que naces hasta que te mueres. Todos los días se aprende algo. Es más, todos los días hay que esforzarse por aprender algo. El sacrificio no es un castigo divino. El sacrificio es la parte que aportamos a cambio de mejorar. No se muestra una mayor debilidad o desconocimiento por haber querido permanecer en las aulas en lugar de acudir a las cafeterías. No se trata de haber mostrado una actitud imbécil por decidir no salir un sábado por la noche a cambio de estudiar un domingo por la mañana.
-Pero…
-Ni pero, ni leches. Cuando quieres que te atiendan en una consulta médica, por ejemplo, no quieres a cualquier persona que te responda. Quieres una respuesta profesional y certera. Y eso no se consigue viendo la tele ni el móvil. Eso se consigue estudiando. Así que deja de esperar el milagro y levanta tu jodido culo del sillón y muévete. ¿Te parece poca motivación la que te ofrezco? Porque si quieres, te lo pinto.
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