Espacio de opinión de Canarias Ahora
Los niños del Infierno
Detrás del espectáculo levantan sus cabezas destrozadas las consecuencias cotidianas de la ocupación gringa. De los que sobreviven, muchos luchan con pocas esperanzas pero determinación admirable. Existen datos del sufrimiento colectivo e inconcebible que desconcierta a quien los conoce. Porque son gratuitos, porque sólo están provocados por las normas del beneficio privado económico y el control estratégico. En última instancia, por el mercado implacable y sus leyes estúpidas.Cifras calientes que golpean a quien reflexiona unos minutos sobre ellas y desnudan el verdadero infierno de Irak. Por ejemplo, uno de cada tres iraquíes (ocho millones de seres humanos con nombres y apellidos) necesita hoy ayuda humanitaria de emergencia, el 70% de la población carece de suministro de agua, sólo el 20% tiene acceso a la sanidad, la mitad no tiene trabajo, el 43% vive en un estado de pobreza absoluta, ocho millones de niños sufre malnutrición, el 55% de los tres millones y medio de desplazados iraquíes en el exterior son personas menores de 12 años. No escribo sobre los más de 700.000 muertos producto de la ocupación o sobre las explicaciones periodísticas que desvían las causas de la aniquilación de una generación completa hacia la llamada violencia sectaria, mientras los responsables de la ocupación se lavan las manos en torno al rancho de George Walker Bush. Están reventando a la próxima generación de iraquíes que, antes o después, tendrían que abordar la enorme y hermosa tares de reconstruir su país. La televisión oculta las imágenes del éxodo de cientos de miles de niños desnutridos, con graves problemas de entendimiento, traumatizados por la violencia, sin agua, sin medicinas, dejando atrás sus escuelas, camino del exilio jordano, sirio o iraní. Hacia condiciones de vida seguramente peores que las de Irak, aunque con la esperanza de salvar la vida. Parece que las cifras carecen de expresiones reales en estos tiempos según los cuales lo que no aparece en la tele carece de existencia. ¿Cuánto vale la vida de un pequeño? La indemnización al propietario de un coche particular iraquí, destruido accidentalmente por las fuerzas estadounidenses, alcanza los 2.500 dólares. La misma cantidad que deben pagar por la vida de un niño iraquí muerto como consecuencia del fuego cruzado. Los gringos amagan con irse, pero esperan quedarse de una u otra forma en Irak a pesar de la opinión de la población. Ya veremos. Por su parte, las organizaciones humanitarias que aún permanecen en el país solicitan a Bagdad y a las fuerzas de ocupación la implementación de un plan de ayuda de emergencia para ocho millones de personas a punto de la extenuación. El jefe del gobierno iraquí, Nuri Al Maliki, mira hacia otro lado, a pesar de que el gasto sería relativamente bajo. Quizá suponga que con esos modos doblegará la voluntad del pueblo iraquí. Sólo conseguirá ampliar el sufrimiento inadmisible.
Rafael Morales
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