Nuevo frentismo en Euskadi

Hay que reconocer que Patxi López logró los mejores resultados que nunca ha tenido el PSE-PSOE en unas elecciones autonómicas. Pero no se le puede quitar el mérito al PNV de ganar unas elecciones de forma rotunda después de 30 años ininterrumpidos en el gobierno, de haber sufrido una fractura como partido político y de haberse presentado en solitario a las elecciones de ayer.

Después de escuchar los discursos de todos los líderes políticos vascos, parece que Patxi López tiene más fácil sumar los 38 votos necesarios para ser lendakari que Juan José Ibarretxe. El PP y Rosa Díez apostaron anoche por el cambio de gobierno, y eso parece indicar que apoyarán la investidura de Patxi López. En Canarias ya sabemos que las matemáticas son más importantes que las intenciones de los electores. Hay frases que se dijeron anoche que chocan directamente con el diccionario, con las matemáticas o con las dos cosas. El vicesecretario del PSOE, José Blanco declaró “el Partido Socialista de Euskadi es en términos políticos el ganador de estas elecciones”. Vuelvo a los resultados y veo que el PNV obtuvo 6 escaños y 80000 votos más que los socialistas. Yo creía que las victorias electorales se medían en escaños y número de votos. Que un mismo partido gobierne treinta años seguidos no me parece muy sano, pero los votos son los votos, y el PNV lleva tres décadas ganando elecciones.

Patxi López tiene el mismo derecho que Ibarretxe a buscar los apoyos parlamentarios precisos para ser lehendakari. Pero decir que “se acabó el tiempo de los frentes” y plantear un pacto PSOE-PP y UPy D, significa pasar de un frente nacionalista vasco a un frente del nacionalismo español, un frente del PSE con dos partidos que se han distinguido por pedir que se recorte el autogobierno. En el caso de UPyD resultaría curioso que después de la marcha de Rosa Díez del PSOE por sus diferencias con Patxi López, ahora el nuevo partido forme una alianza con el PSOE. Patxi López hizo una campaña ambigua, se desmarcó del PNV y del PP. Cuando se dice que los electores han pedido un pacto PSOE-PP-UPyD se está usando más la imaginación que la fotografía del nuevo parlamento vasco. En todo caso se demanda un acuerdo PNV-PSOE y no un “pacto de perdedores” como diría López Aguilar. Pero la contradicción sigue siendo el motor de la política vasca. El incremento de Aralar (que pasa de un escaño a cuatro) es una esperanza para los ciudadanos que creen en una izquierda abertzale que rechaza la violencia de ETA. Aunque los grandes beneficiarios de la ilegalización de Batasuna son el PSOE y el PNV, que han logrado escenificar un bipartidismo que atrajo al voto útil y perjudicó a Ezker Batúa y Eusko Alkartasuna. Pero el 8% de votos nulos sigue ahí, recordando que anoche no hubo un “vuelco” provocado por los electores, sino determinado por una Ley de Partidos.

Se presenta un panorama interesante en Euskadi. Me da la impresión de que se podría repetir el cuadro de Navarra: el PP apoyará la investidura de Patxi López y luego lo dejará gobernar en minoría. El acuerdo con Unión del Pueblo Navarro fue una imposición de Zapatero a los socialistas navarros. Esta vez parece que la dirección de Ferraz coincide con la estrategia de Patxi López: vale la pena pactar con el diablo para lograr la presidencia del gobierno vasco. En Navarra el PP logró un acuerdo con el mismo partido (PSOE) al que había acusado de entregar la comunidad foral a los terroristas. Ahora el PP está dispuesto a apoyar al mismo Patxi López al que denunció en los tribunales por haberse reunido con Arnaldo Otegui. Lo que el poder ha unido, que la incoherencia no lo separe.

Juan García Luján