Palestina: la fuerza de la razón

Desde hace casi sesenta y siete años, el pueblo palestino ha sido objeto de una guerra de genocidio espoleada por las fuerzas de ocupación israelí como parte de un plan metódico para expulsar el archivo palestino y por lo tanto clausurarlo.

Este plan israelí aspira a transformar la Cuestión Palestina de ser la lucha de un pueblo por su independencia y libertad en un asunto de grupos terroristas desestabilizantes de la situación en un área tan vital como Oriente Medio.

A tal efecto Israel está siguiendo una patente política racista y está cometiendo crímenes de guerra amén de crímenes contra la humanidad, sin precedentes incluso en la historia nazi, de limpieza étnica y destrucción de cualaquier infraestructura palestina, lugares históricos, etcétera.

Se han perpetrado masacres en masa, se confiscan tierras en las que luego se atrincheran, a lo que se suma la expulsión forzosa de la gente, la construcción de asentamientos judíos en territorios palestinos y la odiosa política de segregación racial, mas abominable aún que la perpetrada por el antiguo régimen de apartheid en Sudáfrica.

Desde incluso su creación, Israel ha ido por un largo camino realizando su eslogan Un Estado judío desde el Nilo hasta el Eufrates; solo unos cuantos pasos restan para que el sueño israelí se haga realidad. El sionismo declaró abiertamente que la diáspora aun existe, que la guerra de 1948 no tendrá fin mientras exista un judío en la diáspora.

Mientras tanto el gobierno de la entidad sionista rechaza el retorno de los refugiados palestinos y les paga con una guerra genocida contra los palestinos en los territorios ocupados, destruyendo sus casas y su economía, confiscando propiedades, construyendo ciudadelas de asentamientos judíos en sus tierras y liquidando nuestro liderazgo, particularmente los símbolos de la resistencia palestina sea en Cisjordania como en Gaza.

Mas aún, Israel apunta a la erradicación final de los derechos de los ciudadanos palestinos de Israel y su judaización, así como poner fin a la presencia palestina en el Knesset (Parlamento israelí), en las municipalidades locales y en cualquier lugar. Quiere hacer realidad el infame eslogan de “un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo” y, así, establecer, por primera vez en la historia un estado basado en una pureza religiosa y racial después del fútil modelo del repugnante sueño nazi.

Con la consideración del establecimiento de una paz justa y duradera basada en la legitimidad internacional y sus resoluciones más relevantes, no solo Israel aún rechaza cumplir más de sesenta resoluciones internacionales, sino que va aún más lejos, añadiendo sus propias medidas nazis, como criminal de guerra, la liquidación completa del pueblo palestino y causa palestina. Así pues, los sueños de paz se irán con el viento, que es exactamente lo que Israel desea.

Después de haber hecho efectivo el primer segmento del eslogan “tierra por paz”, Israel corre hacia la consecución del siguiente eslogan “seguridad por paz, obteniendo así tierras y seguridad pero no paz”.

Israel continúa rechazando todas las resoluciones internacionales y acuerdos, comenzando con la resolución 181, después la 194, 242 y 338, hasta los acuerdos de Madrid, y los que resten por ver.

Lo que actualmente ocurre es que cualquier conversación de paz es un mero paso que le aleja más de la realización de su sueño histórico de la construcción de un estado judío desde el Nilo hasta el Eufrates.

El sueño israelí se está haciendo realidad bajo la total protección americana, puesto que Israel destruye la infraestructura palestina y liquida al pueblo palestino usando armamento europeo (también el español), además de las más sofisticadas armas del arsenal americano.

Hago especial hincapié en la tremenda diferencia entre terrorismo y terroristas por un lado y entre la situación de un pueblo bajo ocupación luchando con todos los medios a su disposición por la libertad e independencia por otra, una lucha que está claramente respaldada por el texto de la Carta de las Naciones Unidas, por las veintenas de resoluciones emitidas por la legitimidad internacional y sus instituciones y por la ley humanitaria internacional, mucho mas allá de la Cuarta Convención de Ginebra.

Así pues advierto de las consecuencias del intento israelí de convertir el expediente palestino en un archivo de terroristas y territorios, porque esto puede solo ventilar las llamas de las razones para el terrorismo en los territorios palestinos ocupados además de la totalidad de la región de Oriente Medio.

Deseo puntualizar que Israel ha bloqueado la vía hacia una negociación real con el objetivo de establecer una paz justa y duradera. Aún mas, el actual balance internacional se caracteriza por una clara inclinación en favor de Israel con el apoyo ilimitado de América, además del europeo, mientras que el pueblo palestino esta siendo liquidado sin que se levante un solo dedo para detener la masacre israelí contra ellos. Los asesinatos de la población de Gaza es claro ejemplo de ello.

Hago hincapié en que la vía de retorno a la mesa de negociaciones necesita el regreso bajo el amparo de la legitimidad internacional y todas sus resoluciones, 181,194, 242, 338 y otras.

Y como palestino nacido en Canarias o como canario de origen palestino clamo a la Comunidad Internacional para que no haga dejación de sus responsabilidades hacia la Causa Palestina y en consecuencia de la totalidad de la situación en Oriente Medio.

No habrá paz ni estabilidad en Oriente Medio ni nunca se conseguirá mediante la liquidación del pueblo palestino, y la comunidad internacional no debería descansar sobre actitudes frustradas de regímenes árabes, ni sobre el aparente silencio del pueblo árabe. La experiencia de más de medio siglo ha confirmado que la lucha de los palestinos en la defensa de su derecho a la libertad e independencia es capaz de mantener la cuestión palestina en la cima de la agenda de la comunidad internacional.

Declaro de esta manera mi hermandad y solidaridad humanitaria con el pueblo palestino en su lucha por la liberación e independencia.

Y finalmente llamo a la Comunidad internacional para que actúe en orden a 1.-ejercer presión sobre Israel para que ponga fin a la ocupación de los territorios palestinos, puesto que esta ocupación ha sido la razón que respalda todas las tragedias sufridas por el pueblo palestino durante más de medio siglo. 2.- adoptar las medidas necesarias en orden a implementar la Cuarta Convención de Ginebra y obligar a Israel a cumplir la convención en los territorios palestinos ocupados incluida Jerusalén Este, de acuerdo con las resoluciones más relevantes de las Naciones Unidas con el fin de proveer al pueblo palestino de una auténtica protección legal internacional. 3.-apresurarse a activar mecanismos de solidaridad con Palestina y el Pueblo y entre las cuales la suprema de proveer protección internacional para el pueblo palestino bajo ocupación. 4.-intervenir para detener la guerra genocida contra los palestinos que están privados de los mas esenciales derechos, el de la vida y de la propia determinación.

La paz se torna como un sueño inalcanzable. Esta vez, la reunificación de los palestinos ha sido el detonante de la escalada de violencia ciega. Mañana les valdrá cualquier excusa y continuarán culpabilizando a las víctimas en un claro ejercicio de execrable violencia comparable con el nazismo más abyecto.

Palestina, cada vez que por Tí luché te amé más.