''Papá, p´alante''

Instalados en el todo vale, los convocantes de esta iniciativa olvidan que pertenecen a uno de los tres poderes del Estado, al igual que los ministros del Gobierno y los diputados y senadores que representan a los ciudadanos en el Congreso y en la cámara alta. Resultaría a todas luces inconcebible que un viernes no se celebrara la reunión del Consejo de Ministros porque estos se encontrasen en huelga; lo mismo que el parlamento tuviera que cerrar sus puertas por la ausencia de sus integrantes como medida de presión en defensa de reivindicaciones laborales. Pues, lo mismo; exactamente igual, es lo que ocurre con la amenaza de esta primera huelga planteada por los componentes de la magistratura.

Jueces competentes e incompetentes

Convendría no confundir el magnesio con la gimnasia y situar el problema en su marco adecuado y cabal. Los jueces reclaman un incremente significativo en medios humanos y materiales para desarrollar su labor con una mayor eficacia. Hasta aquí creo que nadie puede estar en contra de tan nobles reivindicaciones. Habría que hacer notar de inmediato, no obstante, que a pesar de las carencias actuales y de la falta de personal que sufre la profesión, como tantos otros colectivos públicos, hay magistrados que cumplen perfectamente su trabajo, con honestidad, entrega, meticulosidad y eficacia, y otros que dejan mucho que desear en el desempeño de sus funciones.

Grave negligencia

El juez Tirado, sin ir más lejos, cometió una grave negligencia al dejar sin ejecutar la pena de prisión que hizo posible que el pederasta Santiago del Valle, se encontrase en libertad y asesinara, según todos los indicios, a la niña Mari Luz Cortés. Por esta mala actuación profesional, mereció una magra sanción de tan sólo 1.500 euros, ratificada posteriormente, en una actuación, con claros ribetes corporativistas, por parte del nuevo Consejo General del Poder Judicial. Ahora, este miembro de la magistratura se permite arengar a sus compañeros en unos términos que rozan la desfachatez cuando escribe: “¡A la huelga!, todos, sin miedo, sin odio, sin rencor”, para luego añadir: “Ahora les toca a ellos”. ¿Eso no es rencor?

Saber la verdad

Sostiene Tirado en su evitable misiva que es el momento de “decirles a los ciudadanos la verdad”. Seguramente esa es su mejor aportación a la causa. Será bueno que los ciudadanos lo conozcan todo, que se den de bruces con la verdad: hay carencias y falta personal, sí. Pero también conviene que sean conscientes de que en esta situación, no sobrevenida ni mucho menos, hay buenos y malos jueces.

Eso, que sepan la verdad.

Que juzguen ellos? aunque sea por una vez.

(*) Antonio San José es articulista de elplural.com

Antonio San José *