Espacio de opinión de Canarias Ahora
Que se pare el mundo
Antes, para llegar a tal estado de frustración, tenías que estar horas y horas leyendo periódicos, escuchando la radio y viendo telediarios. Ahora basta con ver los primeros 10 minutos de un telediario serio, de los que cada vez quedan menos, o leer apenas unas páginas de cualquier diario, para que la frase resuene dentro de tu cabeza.
Millones de estómagos en el mundo se encogen cada día al ver las desastrosas consecuencias del terremoto de Japón, nacen nuevos debates y otros se vuelven a poner de moda. ¿Energía nuclear sí, energía nuclear no? Como dice el profesor Carlos Taibo, salen todólogos como setas. Todo el mundo opina, todo el mundo sabe.
Si miramos a Libia, aprendemos o recordamos qué es una zona de exclusión aérea, cuál es la diferencia entre una intervención militar y una guerra (si es que la hay) y volvemos a hablar de ofensivas, muertos, perdón, daños colaterales y nombres poéticos para denominar los ataques, si le gustó la operación Libertad Duradera, de Bush hijo, le encantará el nombre que se le ha dado a la operación que los aliados, perdón, la coalición le ha dado a la que pretende acabar con el régimen de Gadafi, operación Odisea del amanecer.
Mientras el mundo mira hacia Libia en países como Costa de Marfil, Senegal, Yemen, Jordania, Bahréin, Irak o Marruecos viven una gran crisis humanitaria, la población sigue protestando y muriendo y otros muchos huyen sin tener un destino claro.
Volvemos a Japón, desastre en la planta nuclear de Fukushima, miles de muertos, comida y agua intoxicada, pueblos fantasma, miles de desaparecidos.
Si a estas alturas no se le ha pasado por la cabeza la frase de Quino, que me lo expliquen. Y lo peor está por llegar.
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