Iconoclastia
De payaso villano a héroe popular

Cristóbal D. Peñate

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Ahora hemos descubierto que Alberto Casero, aquel diputado del PP con cara de payaso triste que votó por equivocación a favor de la reforma laboral de Yolanda Díaz, es un adelantado a su tiempo. 

El propio Feijóo acaba de reconocer en Bruselas que en el caso de que sea el presidente del próximo gobierno en España no derogará la reforma laboral del Ejecutivo social comunista. 

Él se excusa en que la reforma laboral de la ministra de Trabajo no es de la actual titular sino de la anterior del Gobierno de Rajoy. Una tal Fátima Báñez, que como otros ministros de su cuerda hizo una pirueta cuando salió de la vida pública para trabajar con la CEOE en un caso más de puertas giratorias. Se entiende que su reforma solo fuera aprobada por la patronal y no por los sindicatos. 

Es estomagante que Feijóo tenga la desvergüenza de decir esto públicamente sin ruborizarse. Si esta reforma laboral actual es la misma que la de la ministra Báñez con algunos retoques cosméticos, como asegura el jefe de la oposición, ¿por qué el PP la rechazó de plano en el Congreso?

Alberto Casero, el diputado popular que se llevó las cachetadas de sus compañeros como el bufón con el que todo el mundo se desahoga, aparece ahora como el héroe del partido, mientras que Feijóo insiste en que se trata sustancialmente de la Reforma de Báñez, aquella ministra andaluza y pizpireta que encomendaba la creación de empleo a la Virgen del Rocío.

Curiosamente, la reforma laboral de Rajoy y Báñez sólo fue aprobada por la patronal mientras que la actual de Sánchez y Díaz fue respaldada también por los sindicatos y la Unión Europea. Decir a estas alturas que el PP no derogará esta reforma porque es buena después de haberla machacado y rechazado en el Parlamento resulta una indecencia y una boutade. 

Casero fue el villano de turno al que sus correligionarios crucificaron por tamaño error. Sin embargo, si nos atenemos a las palabras recientes de Feijóo, Casero fue el único del Partido Popular que no se equivocó en su voto, aunque sí lo hicieron todos los demás diputados de su formación.

Como al PP no le interesa hablar de la buena marcha de la economía española en esta campaña electoral, que es lo que siempre le ha molado a la derecha, los conservadores están hablando ahora del sexo de los ángeles, de ETA, de Venezuela, del Falcon que compró Aznar, del solo sí es sí te lo juro por mi madre, del insomnio del presidente y del sursum corda.

Pedro Sánchez y Zapatero están desmintiendo al alimón todos esos bulos y manipulaciones partidistas de la oposición en sus maratones audiovisuales pero hay gente tan tonta que sigue creyendo las noticias falsas que llevan cuatro años pululando y propagando una manada de mamarrachos cretinos. 

 No sé si fue buena idea no rebatir esas mentiras inmediata e instantáneamente. Quizá sea demasiado tarde para estar bien informado antes de votar. O a lo mejor no y quede mucho partido, aunque ahora estemos en tiempo muerto. Aún quedan dos semanas para reflexionar. O no. Porque hay gente que no sabe lo que es. 

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