Pitos,insultos y lloros

Pero ayer la portada del periódico del grupo Intereconomía llamó poderosamente mi atención. El titular era el siguiente “Agosto, Nueva York: las austeras vacaciones de las ZP” y las fotografías que acompañaban este suculento titular eran de Sonsoles Espinosa disfrutando de un paseo con sus dos hijas. Una información que sin duda pasará a la historia del periodismo de nuestro país por su enorme trascendencia. Y claro, sentí un impulso de conocer qué lugares visitaron, si compraron souvenirs para el Presidente o si comieron en algún Mc Donalds, y lo compré.

Confieso que era virgen (cosa que tienen en muy alta estima los directivos de esa empresa); ayer tuve mi primer contacto con La Gaceta. Normalmente no tengo estómago. Quizá, debería tomarme estas cosas con humor como hace un amigo que ve Intereconomía tv para reírse.

Buceando entre sus páginas descubrí que se puede hacer un periódico con una sola noticia (los pitos a Zapatero durante el desfile del 12 de Octubre), insultos y autocompasión, aderezados con una buena dosis de odio. Porque, la verdad, salvo la publicidad, no encontré nada más en él.

Ya en la página dos comienza el rosario de insultos. La columna de opinión de un dolido Carlos Dávila no defrauda. Dedica toda una página (par) a insultar a colegas de profesión por insinuar que Dávila es de extrema derecha, calificando algunas informaciones aparecidas en otros diarios de falacias o patrañas. Termina el discurso, en el que por cierto, se dirige a sí mismo en tercera persona, haciendo un llamamiento a la libertad de expresión y animando a que se recuperen las buenas maneras. Y lo hace afirmando que él es libre de decir que “el matrimonio homosexual es un dislate” o que “el GAL fue un terrorismo vil de Estado”.

Sólo una página después de este alegato a la libertad de expresión, califican una manifestación de la asociación de gays y lesbianas Arcópoli frente a la sede del PP como lo peor de la semana.

Libertad de expresión sí. ¿Pero para quién?

Y ya llegamos a la sección de política donde nos encontramos el reportaje sobre las vacaciones de las chicas de Zapatero. Más de una página donde el redactor nos cuenta, con todo lujo de detalles, en qué ocuparon su tiempo Sonsoles y sus dos hijas durante los días que pasaron en Nueva York y lo que hizo el presidente Zapatero durante ese tiempo. Por lo menos en esta ocasión no se cebaron con el atuendo de las chicas y es que, como dice Dávila en su columna, hay que respetar la libertad de expresión.

Pero sin duda, mi sección favorita es la de sociedad. Leyéndola aprendí muchas cosas: corroboré lo que decía el primo de Rajoy sobre el cambio climático gracias a una publicación de la solvente Royal Society de Londres en la que se asegura que los ecologistas son unos agoreros. Subsané mi ignorancia sobre la boda del hijo mayor de Nati Abascal con su novia de toda la vida, acontecimiento al que acudieron Jaime de Marichalar y la Duquesa de Alba, entre otros. Y aprendí que hay 100 millones de cristianos perseguidos por su fe o que, gracias a una película, 190 mujeres han decidido no abortar.

Cuando terminé de leer el periódico estaba enfadada con el mundo y mi vocabulario de insultos había aumentado considerablemente. Quizá para eso sirva La Gaceta, para cabrearte y aprender nuevas formas de faltar al respeto.