El poeta y el presidente

Todo cuanto he narrado sólo tiene sentido poético, nos dijo Millares Sall. Busco el texto de nuestro poeta en los diarios digitales en internet y no lo encuentro, debe ser que la organización sólo pasó el discurso de Paulino Rivero porque, claro, el presidente es el auténtico Premio Canarias que nos ganamos en aquellas elecciones donde el pueblo lo aclamó sin que nos diéramos cuenta. No sé si hace falta que les diga que el discurso del presidente del Gobierno no tenía carga poética, ni en las formas ni en el fondo, aunque sí hay que reconocer que su contenido tenía más fantasía que las reflexiones del fundador de Planas de Poesía.

Frente a la generosidad del poeta, la ingratitud del presidente hacia los homenajeados. En 15450 caracteres de discurso, sólo 694 caracteres dedicados a los premiados, de 483 líneas hablando de la historia, la inmigración, el REF, lo bueno que es el gobierno, las deudas del Estado y sólo 24 líneas para reconocer a los que se suponía que tocaba reconocer en ese acto institucional. Tantas palabras para repetir que somos diferentes, que nos deben tratar de forma distinta. Que los otros (el Estado) deben cumplir su palabra, que los otros (el Estado) deben darnos soluciones realistas, solidarias y justas. Que los otros (el Estado) deben dejar que gobernemos nuestros puertos y aeropuertos. Que los otros deben permitir que tengamos unas leyes del siglo XXI. No faltó la apelación a la confianza, a la esperanza, en medio de la repetición constante de la palabra mágica: crisis, crisis, crisis...

Vale. Tiene razón. Pongámonos en el siglo XXI, reformemos el estatuto de autonomía. Más soberanía, decisión sobre mares, puertos, aeropuertos, marco fiscal propio. Financiación justa. Pero ¿qué hemos hecho en estos dos años con las competencias que ya tenemos?¿Cómo hemos cumplido el estatuto del siglo XX? En diez folios de discurso no quiso el presidente hacer balance. No quiso o no pudo, porque no tiene nada que contarnos. Porque hubiera quedado muy feo decir que llevamos dos años sin renovar los órganos de control democráticos como el Diputado del Común, la Audiencia de Cuentas y el Consejo de Administración de la Radio Televisión Canaria. Llevamos dos años de retraso en la aplicación de la Ley de Dependencia, somos la segunda comunidad después de Madrid donde más gente hay pendiente de acceder a los derechos que recoge una ley aprobada en el año 2007. No ha terminado el segundo concurso eólico que se convocó en la legislatura pasada después del chanchullo eólico.

Sería injusto decir que no se han hecho cosas, que no se ha aprobado ningún concurso. A la velocidad del rayo se convocó y salió adelante el concurso para la gestión de los informativos de la Televisión Canaria. También el concurso de las licencias TDT que ganaron Antena 3 y la COPE. Por la via urgente camina otro concurso de la consejería de Turismo que aliviará las cuentas del grupo de comunicación derechista Intereconomía, que edita la revista Época. Tiene razón Paulino Rivero cuando repite en su discurso que somos diferentes, con los peores datos del Estado en desempleo, en aumento de la pobreza, en listas de espera sanitarias. Con los mejores datos para hacer negocios en la sanidad privada. Con una economía llena de incertidumbres, con la negociación de un nuevo REF pendiente, vemos al consejero de Economía dedicado a conceder entrevistas a Ana Rosa Quintana, Intereconomía Televisión, El Envite, a ir a Madrid a dar ruedas de prensa en la sede de su partido,...¿Promocionando el REF, pidiendo a los empresarios que inviertan en Canarias? No, el número dos del gobierno y responsable de nuestra economía dedica buena parte de su horario laboral a defender su imagen en los juzgados y en los estudios de televisión, a querellarse contra los que denuncian la corrupción.

No nos engañó Paulino Rivero cuando nos dijo : somos diferentes. Sobre todo es diferente este gobierno que reacciona de forma tan original ante el panorama que tenemos. El presidente no quiso hacer balance de sus dos años de mandato. Y mira que lo tenía fácil. Podía haberse ahorrado el discurso, podía haberle pedido a José María Millares Sall la letra de su canción más célebre : “De belingo nos vamos pál monte...”, hubiera sido un excelente balance de dos años de legislatura.

Juan García Luján