Espacio de opinión de Canarias Ahora
Políticamente increíble
Las mociones de censura de La Gomera, por ejemplo, permitieron al ex macho Soria apuntar, una vez más, a López Aguilar a quien acusa de estar detrás de las maniobras de censura. Yo no sé si de verdad lo está o no. Me extrañaría que lo fuera, pero no puedo negarlo ni admitirlo porque carezco de evidencias en un sentido o en el otro. Pero eso no importa aquí pues lo que pretendo subrayar es que a Soria le tiene sin cuidado que sea cierto o no: lo acusaría de lo mismo aun en el supuesto de saber que nada tuvo que ver el líder de los psocialistas con las censuras de La Gomera.
Soria es de esos tipos para los que la verdad es lo que le interesa decir en cada momento; ya sea en sede judicial, ya en comparecencia ante los medios. Tengo más que comprobado que cuanto sale de su boca puede ser tanto verdad como mentira, según venga la rodada. Incluso diría que son mayores las de que mienta.
Así ha ganado fama de mentiroso. Verle impartir doctrina en estos menesteres de los buenos usos ya no indigna; y superada la siguiente fase, en la que provocaban risa las ocurrencias, se pasa a la del tedio inmediatamente anterior a la última, la de la indiferencia a la que he llegado yo por aburrimiento.
Se sabe de Soria que no defiende los cargos de CC defenestrados con malos modos en La Gomera por razones de rectitud política y democrática. Simplemente, quiere quedar bien con Paulino para asegurar menos el pacto CC-PP que la vicepresidencia que ostenta como premio de ATI a su dañina gestión en Gran Canaria.
Nadie ignora que en los municipios pequeños, a veces en otros más granditos, no prevalecen las directrices e instrucciones de los partidos sobre las miras y los intereses locales. Ni que situaciones como las de La Gomera apenas van más allá del núcleo de los directamente concernidos, por lo que Soria no puede sacarle otra renta política que ir a por López Aguilar dándole igual que tenga o no que ver con el asunto. Es su pobre dialéctica.
No hay duda de que el transfuguismo es cosa fea pero para que su condena sea creíble en labios de un político ha de ser éste un tipo creíble por su trayectoria. Que no es el caso de Soria integrado en el pelotón de sujetos políticamente increíbles.
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