El PP aceptó la poligamia

Ha ocurrido, según he leído, en Galicia y en Cataluña. Se trata de una cuestión que suele suscitarse en la firma de convenios con países africanos donde la práctica es legal. Son al menos dos los convenios firmados por gobiernos españoles en los que se acepta la poligamia.

El primero, con Marruecos, data de los tiempos de UCD. El segundo lo suscribió con Túnez el ministro de Trabajo de Aznar, Juan Carlos Aparicio. Si el cerrado por UCD iba contra las costumbres hispanas, el aceptado por Aznar, además de ciscarse en éstas, se pasó por el arco del triunfo la ley de Extranjería ya en vigor en la que no se aceptaba la poligamia a efectos de reagrupamiento familiar.

No deja de ser, por tanto, un ejercicio de desvergüenza que venga ahora el PP a suscitar el asunto rasgándose las vestiduras contra Zapatero, quien, al igual que Felipe, no tiene en su haber convenio ninguno de este tipo. En caso de constituir la poligamia un problema, que parece serlo para el PP al sacarlo a colación, lo ha creado precisamente un Gobierno suyo, por lo que a la desvergüenza ha de añadirse la nota de hipocresía.

Y la de un cinismo parecido al que muestran los peperos cuando acusan a Zapatero malo de connivencias con la misma ETA a la que Aznar calificó de “Movimiento de Liberación vasco” ante las cámaras de TV. En ninguno de los dos casos sintieron los obispos la necesidad de dar la nota; pastoral, por supuesto, que la política no es del Reino de los Cielos.