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Las presidenciales francesas

Rafael Morales / Rafael Morales

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Hasta hace bien poco tiempo, las encuestas colocaban al candidato conservador Nicolas Sarkozy de la Unión por el Movimiento Popular (UMP) con el 28% de los votos, y a Ségolène Royal, del Partido Socialista, con el 24%. Les tocaba, pues, la segunda vuelta. Pero los dos bajaron algún punto (sobre todo Royal) en beneficio de Francois Bayrou (18%) y Le Pen (15%). Teniendo en cuenta la cantidad de indecisos, puede ocurrir casi cualquier cosa. Hay interpretaciones para todos los gustos en un país que votó en contra de una Constitución europea por considerarla neoliberal y pretende seguir defendiendo el llamado Estado del Bienestar, aunque ese Estado, todos lo reconocen, se encuentra al borde de la bancarrota. Según María Laura Avignolo, existe un desencanto generalizado por los partidos políticos con mayores posibilidades de ganar. Gaullistas conservadores que no quieren votar por Sarkozy porque lo consideran demasiado heterodoxo. Socialistas que no están dispuestos a elegir a Royal por el mismo motivo, muy desideologizada y cercana a Tony Blair. Los intentos iniciales de Royal y Sarkozy por cortejar el voto del centro habrían estimulado aquellas reacciones, pero al enrocarse posteriormente en posiciones más ortodoxas (derecha e izquierda), permitieron el crecimiento del centrista Bayrou, quien hoy cuenta con opciones. Su mejor perspectiva consistiría en pasar a la segunda vuelta y enfrentarse con Sarkozy, recogiendo el voto socialista y los descontentos de los conservadores. Bayrou ha declarado que no le importaría gobernar con un primer ministro socialista, otra versión de la cohabitación gabacha. Por su parte, Sarkozy estaría dispuesto a pactar en una segunda vuelta con Le Pen. Royal, seguramente, contaría con el voto de la extrema izquierda.Desde el punto de vista programático, hay algunas diferencias notables entre los dos candidatos con más posibilidades de enfrentarse el 6 de mayo. Entre esas propuestas cabe señalar que Royal sostiene la jornada laboral de 35 horas, defiende los servicios públicos, aumentos de las pensiones y del salario mínimo. Sarkozy ofrece ventajas fiscales a las empresas y apuesta por la ampliación de la jornada laboral. En cuanto al problema mayor de la deuda pública, el candidato conservador promete reducirla al 60% del PIB en cinco años, limitar el gasto público al 1,8% y bajar los impuestos en torno al 4%. Royal habla de “congelar” la imposición fiscal y una reforma del Estado no bien explicada.El galimatías gabacho está servido.

Rafael Morales

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