No proclamar la independencia, ahora

Lo ha afirmado nada menos que en el Tercer Congreso Catalanista. Ha explicado, sin embargo, que “en caso de que se consiguiera una república catalana, él no sería el último en añadirse”. Otra muestra de política realista del ex presidente Pujol.

Y una tercera prueba. No aconseja proclamar la independencia de Cataluña porque no hay masa social suficiente para alcanzar la plena soberanía, y porque que Cataluña ha planteado cosas “con un punto de frivolidad, ligereza y fanfarronada que un país débil no se puede permitir”

Sin tapujos, ha opinado que Cataluña “no tiene suficiente poder político, recursos, consistencia interna ni seriedad en su manera de actuar para proponer según qué cosas”, y que “para poder conseguir la independencia, falta un mayor apoyo y que se gestione bien el país”. ¿“Si no, porque queremos la independencia”?.

Como ejemplos de lo que, según él, ha sido una mala gestión, el ex presidente ha citado la “amenaza no cumplida” del PSC de no aprobar los presupuestos del Estado, la “escandalosa frivolidad” en la gestión en la crisis de la sequía, además del “tortuoso proceso del Estatut”, en que Cataluña no calculó bien sus activos.

Pujol da, pues, por perdida esta batalla, pero no la guerra. ¿Qué tiene que hacer ahora Cataluña, en su opinión? Pues “replegarse para recuperar nuestras fuerzas y volver a salir cuando haga falta”. Como siempre, realismo político (“no hay masa social que apoye la soberanía”), sin renunciar al sueño utópico (Cataluña soberana) Genio y figura, hasta la sepultura.

* Comentarista político y ex director del Centre d'Investigació de la Comunicació

Wifredo Espina*