Espacio de opinión de Canarias Ahora
Receta para la unidad nacionalista
-De Fuerteventura cogemos unas algas desprotegidas por Domingo Berriel y un diccionario de euskera-catalán aportado por la eurodiputada sin escalas ni pasajes Claudina Morales
-De Lanzarote escogemos lo mejor de cada casa: la saga de los Becerra, los Martín y los García Bravo. Por la parte de Nueva Canarias añádase a José Francisco Reyes como animal-prevaricador de compañía.
-De Gran Canaria CC nos trae el queso de media flor seleccionado Fernando Bañolas y Nueva Canarias nos regala un tren conducido por Román Rodríguez con algunos vagones del cabildo.
-De Tenerife: Zerolo nos trae gorra con las bandera nacionales de Canarias y Estados Unidos firmadas por el antiguo emperador Bill Clinton. Ignacio González nos vende las siglas del CCN por un cargo público a medio plazo. Papá podría colaborar económicamente, grano a grano se hace una playa.
De La Palma: Antonio Castro nos deja una escalera para que ignoremos si está subiendo o bajando.
De La Gomera: algún superviviente a las palizas electorales de Casimiro Curbelo, cacique eterno.
De El Hierro: Tomás Padrón colabora en este plato ofreciéndonos el bolero “ni contingo ni sin ti tienen mis males remedio”.
Se meten todos esos ingredientes en una coctelera gigante. Se añade un chorrito de derrotas electorales continuadas, unos granitos de desmemoria que ayudan a pasar página de las antiguas traiciones. Se ponen unos dientes de ajo-resignación que sirven para matar el sabor a españolismo rancio que impregna cada pacto político con la muchachada pepera. Se sazona todo con unos polvos de propaganda que convierte a columnistas españolistas de toda la vida en conversos de las 7 estrellas verdes porque lo dice mi editor subvencionado. Añádase veneno para silenciar a periodistas aguafiestas que conocen a la criatura desde su nacimiento y que aunque crean en la nación canaria, no aceptan los pecados constantes y sonantes de un regionalismo que lo mismo monta un taller de Secundino Delgado que pisotea una editorial canaria, de un nacionalismo entendido como el capitalismo depredador vestido de cachorro y chácaras, que usa el Parlamento para frenar las iniciativas ciudadanas que pretenden proteger el territorio patrio, que organiza un concierto de Fangoria y reggaeton el día de la patria mientras anima a la plebe a tocar el tambor.
Una vez metidos todos los ingredientes en la coctelera, se recomienda usar una batidora china (Mao era nacionalista) de alto voltaje. Se enchufa (el verbo enchufar ha sido una práctica habitual de los cocineros de esta receta), decía que se enchufa la batidora y se bate durante 10 minutos, diez meses o diez años. No hay que tener prisas, lo importante es la unidad nacionalista, lo importante es la suma de votos. Da igual las ideas, lo importante es mantener la vaquita con sus terneras lechales, lo importante es no dejar de ser bebés nunca para poder mamar y llorar a todas horas.
La unidad nacionalista está lista para ser servida en la mesa. Puede ponerse en copas de cristal o en platos hondos. Se recomienda hilo musical de Chago Melián interpretando el “Ave Mería” o el “Arroró”, lo de menos es la canción, lo importante es poder tragarnos todo este plato de la unidad nacionalista sin añurgarnos por un inoportuno ataque de risa.
PD: No deben darse por aludidos ni ofendidos los que buscan la unidad de las fuerzas isleñas con fines nobles. Esta receta se basa en los cantos de sirena de políticos profesionales que confunden la patria con su bolsillo y que, a veces, llaman unidad de fuerzas a las asociaciones de malhechores.
Juan GarcÃa Luján
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