Réquiem por la naturaleza

Pésimo y tétrico; Inconscientes e irresponsables; y muy vergonzante. Son estos parte de los calificativos que se deben aplicar para defenestrar a los líderes políticos de los 188 países del planeta que se dieron cita en la Cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático, especialmente a EE UU, China y Europa, los mayores contaminantes de gases venenosos de CO2. Estos dirigentes desean manejar los destinos de los de la perturbada Naturaleza. Los cuales, ladinamente no desean aminorar la contaminación, con el egoísta objeto de no desmedrar sus industrias, de asfixiantes y mortales humos para todo género de vida, lo que repercutiría en sus bienes gananciales de ser primeras potencias económicas.

La Cumbre de Copenhague ha sido la puesta en escena real del sainete de todas las naciones, ya representado en noviembre de este año en Barcelona, donde se escenificó el anticipo de lo que sería el denigrante fiasco contra el Cambio Climático. Ya nos tienen acostumbrados estos desalmados y descorazonados mandatarios, que solo desean vivir cómodamente en sus países ricos, con todo derroche en la quema de energías fósiles, sin la mínima conmiseración hacia los demás países pobres y los emergentes en la industria, quienes sufrirán, más que nadie los trágicos desastres de despiadadas hambrunas, catástrofes ecológicas, y deleznables miserias y muertes. Poco les importa a aquellos miopes de que zozobre la nave de la Naturaleza que nos da cobijo, y dará a tantas generaciones futuras.

Los 86 países firmantes y los 46 ratificantes del Protocolo de Kioto en 1997, han sido todos unos ácratas de sus compromisos para limpiar la atmósfera del efecto de gases CO2, no habiendo reducido el 5,2% entre los años 2008 a 2012. El solemne pacto se ha ido al traste por ser incumplido, el Protocolo lo han tirado por la borda, porque todos las naciones ricas no cumplen en la reducción de humos tóxicos. Y ya han entonado el responso funerario de nuestro planeta azul.

Las cacareadas previsiones de reducir en esta cumbre, en un 17% ó un 20% de CO2 antes del año 2020, ha sido solo un brindis al sol. Quizá para que los “incordiantes” ecologistas callaran y creyeran piadosamente las letanías de los trileros del embuste y los filibusteros del engaño, como representantes de las multinacionales de la contaminación con sus negros humos, y continuar en sus patológicas ganancias dinerarias. Aunque se pudra el mundo, ellos estarán podridos en dólares.

Cuan “juego de rol”, EE UU y China, en extraño maniqueo de humillación a todos los que habitamos el planeta; al margen de todos, han llegado a un “acuerdo de mínimos”. Saliendo ambos muy satisfecho por el trágico desacuerdo. El recién estrenado Premio Nobel se pudo haber lucido con un gesto de humanidad y de Paz con la Naturaleza. Y de nuevo, la promesa de lluvia de dólares para los miserables pobres de la Tierra. Que por otra parte, nunca cumplen en su totalidad. Y se han ido con otra farsa de promesas, que también incumplirán en otra cumbre prevista, en junio próximo de 2010, de nuevas reducciones de CO2. Es el mismo cuento de “Pedro y el lobo”. Olvidan: el Katrina, deshielos polares, tórridas y altas temperaturas: alocados climáticos: sequías, lluvias torrenciales, etc. etc.

No tenemos más solución que actuar por nuestra cuenta de forma consciente y responsable, si deseamos, de verdad, todos los ciudadanos comunes, que no cambie el clima, sus desastres y continuar con una Natualeza limpia, sostenible y equilibrada con nuestro consumo, cambiar drásticamente por las energías limpias y sobre todo proteger la vida de todas las especies.

Teo Mesa