¿Robots periodistas?

Temo decirle que su intuición y su instinto de supervivencia no le servirían de mucho en este caso. Porque lo que usted tendría enfrente sería el Afghan eXplorer, el último invento de la Universidad de Tokio, donde parece que de tecnología entienden bastante pero el sentido común escasea.

El robot periodista es capaz de trabajar como corresponsal de guerra, está preparado para realizar preguntas a los testigos y puede contrastar su información realizando búsquedas en Internet. Una vez realizado ese proceso, cuando considera que la historia está lista, la publica en la red.

Cada Afghan eXplorer cuesta 10.000 dólares (algo más de 7.000 euros), está equipado con una cámara de video digital con dispositivos de grabación de audio, se maneja por control remoto, puede alcanzar una velocidad máxima de 6,5 km/h y funciona completamente con energía solar.

Maravilloso. Se trata de un trasto carísimo, que se maneja con un mando a distancia y que encima va pisando huevos, siempre y cuando que en el país en el que se encuentre luzca el sol. Los norteamericanos se tendrán que plantear con qué país van a entrar en guerra y en que época del año para saber si sus robot periodistas tendrán la luz solar suficiente para alcanzar sus flamantes 6,5 km/h.

Los ingenieros se inspiraron en la convicción de que las noticias que llegan desde Afganistán no muestran una imagen completa de la situación, ya que Estados Unidos limita el acceso de la prensa a la zona de guerra, con el argumento de que algunas áreas son demasiado peligrosas para los periodistas. Se trata de zonas en las que es probable que te disparen, pues bien, según los propios creadores del Afghan eXplorer el robot no es muy resistente a las balas. Y tampoco va equipado con un sensor para localizar minas.

Volviendo al trabajo “periodístico”. ¿Quién decidirá lo que el robot debe considerar como una exclusiva? ¿Quizá una entrevista a un niño que acaba de perder una pierna porque ha pisado una mina antipersona mientras jugaba al fútbol? o ¿las declaraciones de una mujer que llora junto a los escombros de lo que alguna vez fue su casa?

¿Se imaginan a Al Quaeda secuestrando a periodistas robot? ¿O concediéndoles una entrevista en exclusiva?

Está previsto que el Afghan Explorer comience su andadura en los próximos meses. Cruzará Afganistán partiendo del este, y se irá deteniendo a lo largo de su camino para recorrer diversas zonas de interés. En fin, a ver lo que dura. De momento, pueden estar seguros de que quien firma es un ser humano, o no.