No somos tan simplones

El auto judicial confirma lo que se sospechaba: la cosa no para en el asunto de los trajes. Cohecho, delito electoral, prevaricación, delito fiscal, falsedad documental, blanqueo y asociación ilícita son las lindezas que aprecia Pedreira, que, además, señala al PP nacional como responsable de la financiación ilegal del partido en las elecciones de 2007. Ante el paso dado por el juez Pedreira, Rajoy optó por callarse en lo que Camps se enrocó en lo de siempre: todo es un montaje de Zapatero, los jueces, la Fiscalía, la Policía y los periódicos. Aburre ya hasta a las ovejas.

Aparte de la conjura universal contra la honesta derecha de siempre, el PP pretende transmitir la idea de que el caso Gürtel es una bobería magnificada por el Gobierno, quién si no, para tapar la crisis. Si ya era del género tonto no sospechar que detrás de los trajes había mucha más tela que cortar, es una estupidez eso de que se utiliza el escándalo para esconder una crisis que no podrá ocultar ni la Copa del Mundo de fútbol; en el supuesto de que España la gane, claro.

Entre los peperos con fe ciega en que la gente es boba y no se entera figura, cómo no, el macho Soria. Una cruz el hombre éste. Sus propuestas de reducir consejerías del Gobierno, cargos, asesorías y coches oficiales son para la galería ante la que se disfraza de paradigma de gestor sensato y austero. Puro chiste a poco repasemos su ejecutoria como alcalde de Las Palmas y presidente del Cabildo del Cabildo grancanario. Pero lo que pretendo subrayar, en la línea pepera de engañabobos, es que Soria contaba de antemano con que Paulino no le haría caso. De no ser así, no hubiera abierto la boca.

Quiero decir que menudo susto para Soria si Paulino lo coge por la palabra y pega a recortarle, por ejemplo, los cargos que ha nombrado al cuido de su imagen (la que pueda quedarle) y preparen al PP para las elecciones del año que viene. Todo con cargo a la caja autonómica, por supuesto, que no va la militancia a pagarle el guateque, como suele decir él.

De los políticos que he conocido en mi vida, que son unos cuantos, ninguno ha llegado llega a las falacias de este sujeto capaz de afirmar una cosa y luego hacer la contraria sin ruborizarse. Bueno, he conocido a alguno por el estilo, pero sin la tosquedad de Soria a quien se le adivina la jugada nada más con verle mirar la ficha. Por no hablar de las mentiras que larga para salir del paso. Nos habríamos divertido si Paulino le dice que adelante, tú recorta, pero ten en cuenta que la austeridad bien entendida empieza por uno mismo.

Alguien debería hacerle ver a Soria que no somos tan simplones para no verlo venir y dejar que la meta doblada.