Le sobraron 59 segundos

PP Manolo sabe perfectamente cómo funciona el programa 59 segundos de TVE en Canarias, cuando asistió hace unos meses pudo demostrar su capacidad para llenar las butacas del público del plató y para quitar de la silla a un periodista. Sabe que en la primera parte no aparece el invitado, pero sin embargo mientras esperas tomándote una Coca Cola Light (que tú pagas, claro, como en Anfi) puedes ver lo que hablan los periodistas, luego entras y respondes a las preguntas y puedes aprovechar para defenderte de las críticas que te han hecho a ti o al gobierno del que formas parte.

Pero este martes por la noche PP Manolo no quería que Paulino Rivero fuera TVE, tenía información privilegiada, sabía que Paulino no pensaba defenderlo. Por eso le mandó los mensajes como sólo él sabe hacerlo. Y los recaderos hicieron su trabajo. Después de haber confirmado su asistencia hace una semana el presidente tuvo un momento de debilidad (reconoció que “siempre existe un tira y afloja con los medios”) y mientras Soria nadaba feliz con el gato en el agua Paulino avisaba la víspera que no iba a 59 segundos. Se montó un escándalo que llegó a Madrid. Pero, en contra de lo que piensa Juanfer, en los alrededores de Paulino Rivero queda algo de vida inteligente y el presidente decidió finalmente acudir al programa.

Y entró Paulino en el plató después de haber escuchado las críticas de cuatro directores de periódicos que acusaron a su vicepresidente de protagonizar una película de Mortadelo y Filemón, un vodevill, un escándalo... Casi todos los periodistas coincidieron en que una comunidad con 280.000 parados no puede tener a un consejero de Economía que se dedica a asistir a grabaciones ilegales para entregarlas a una revista editada el día de su reprobación parlamentaria. Bueno hubo dos excepciones: el de la COPE no se explicó bien, no sabíamos si estaba con dios o con el diablo, algo extraño en un director de esa emisora. Y Ricardo Peytaví fue fiel a su estilo, el malo del caso Faycán y de la trama del Grupo Europa es Zapatero, que en esta ocasión estuvo representado por Alexis González, un periodista de CANARIAS AHORA que supuestamente estuvo en el sitio donde todos los periodistas querían estar. Ay, Peytaví, mi niño, eres más previsible que los editoriales de don Pepito (te lo digo con cariño desde GRAN Canaria).

Pero todas las opiniones de los periodistas tienen el mismo valor. Lo que cuesta entender es que a un presidente del Gobierno le pregunten hasta 5 veces seguidas si su vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda puede ser una referencia ética para los ciudadanos y el presidente no responda. Paulino Rivero pudo ver y escuchar en una estupenda pantalla de plasma las lindezas que los periodistas dedicaron a José Manuel Soria pero no dedicó ni un segundo a defender al número dos de su gobierno. Pero lo más grave de todo es que ante la pregunta sobre la honradez de Soria al presidente le sobrasen 58 segundos de los 59 que tenía para defender que su vicepresidente es un tipo ético y honesto. Paulino Rivero está en su derecho de no poner las manos en el fuego por alguien que huele a chamusquina, vale. Pero entonces debería explicar a los ciudananos, a su gente, a nuestra gente, por qué mantiene al frente de la consejería de Economía y Hacienda a alguien cuya honradez no merece ni un segundo de defensa.

Juan García Luján