Soria contra las cuerdas, ¡otra vez!

Igualmente García García-Sotoca en su sentencia dice que la acusación, José Manuel Soria, “ha insistido en su pretensión de condena -lo que entraría en la categoría de temeridad- llevando a los acusados a transitar durante un proceso penal con los gastos y desvelos inherentes, donde la respuesta tienen un carácter punitivo” y todo “ello por el legítimo ejercicio de la información”. Concluye el juez en que “es necesario evitar que la acción penal se convierta en una suerte de instrumentos para amordazar” la libertad de expresión e información.

La querrella por injurias y calumnias que había interpuesto José Manuel Soria contra Carlos Sosa y Francisco Javier Chavanel se debía a la información que estos habían hecha pública y en la que denunciaban que el presidente del PP en Canarias había residido gratuitamente en un chalet propiedad de Javier Esquível a cambio de favorecer al empresario en el concurso eólico. Y ahora José Manuel Soria está que se sube por las paredes, y está contra las cuerdas. Deshoja la margarita de una forma muy “bellini”, y ya no sabe qué decir. Está con Tebeto, Eolo, Faycan, Góndola y Brisan, sumido en el estercolero de la historia.

Cohecho, tráfico de influencias, prevaricación, negociaciones prohibidas a funcionario público, infidelidad en la custodia de documentos, falsedad en documento público, falso testimonio y receptación, de todo eso era acusado Sora en la denuncia que interpuso Carlos Sosa. Veinticuatro folios descriptivos y quinientos adicionales más en donde se analizaba toda la trama del caso eólico y su relación con el chalet gratis total.

Soria deshoja la margarita. Ya no sabe si irse a refugiar a Tebeto, a Noruega a pescar salmones, o a Mogán con su amigo el presunto delincuente Paquirrín González. Soria deshoja la margarita, una margarita muy “bellini”. Por su bien, por el del Partido Popular, y por Canarias, debería dimitir hoy mismo de todos sus cargos públicos.

González Morera