Soriagate está en la inopia

La aritmética parlamentaria es implacable, y si afirmo que el Partido Popular no puede ganar una moción censura es porque las cifras de diputados nos da que el PP tiene 154 diputados, CiU 10, ONV 6 y CC 2, cuya suma sino me equivoco nos dan 172 diputados, y hacen falta 176. Incluso si ponemos a Rosa Díez, UPyD a favor del partido censurante todavía harían falta tres diputados. Y esos no se los daría el PSOE (169), Esquerra Republicana de Catalunya (3), Izquierda Unida (2), Bloque Nacionalista Galego (2) y Nafarroa Bai (1). Por lo tanto la única posibilidad de que Rodríguez Zapatero convoque elecciones anticipadas disolviendo las Cámaras es que a final de otoño no le aprueben los Presupuestos Generales del Estado. Y eso si el presidente quiere, que los podría prorrogar con las mismas cifras para el año 2010.

Decía que Soriagate está en la inopia política porque estoy convencido que no se entera lo que ha significado la abstención, ni los votos en blanco. En este aspecto estoy convencido que ha habido un aviso serio a Rodríquez Zapatero, y conozco muchos casos de votantes de izquierda que han preferido darle un toque por dentro al presidente del Gobierno, algunos quedándose en sus casas y otros votando en blanco. No me gusta la primera opción, pero el voto en blanco ha sido en España 210.000 electores que estoy por afirmar que hubiesen sido votos socialistas en su mayor parte.

Pasada las elecciones europeas volvemos a la realidad de la política local, que tiene una cita fija en 2011, y en 2012 las elecciones generales, y Soriagate no sé cómo va a explicar los juicios de Faycan, Eolo, Góndola, Brisan, y lo que pueda venir, con la cantidad de emputados, perdón, imputados, del Partido Popular que tiene en estas ensaladas de corrupción. Y estas porquerías se analizan y sopesan más en elecciones locales y en las generales de España. A lo mejor piensa Soriagate que todos los sumarios pendientes se pueden cerrar. Pudiera ser, pero lo que se cierra se puede reabrir, y entonces estaríamos en otro capítulo, en otra dimensión de la corrupción en Canarias, y de escándalos políticos y judiciales.