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((NO SUBIR BOSS))9 La Casita y el almuerzo por Wolfgang Alcántara

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Explica el Sr. Sansó que estas personas son representantes de IVECO, concretamente la directora nacional de ventas y responsables locales de la compañía del más alto nivel y que la reunión tenía como objetivo la posible adquisición de algunos vehículos.

Sí bien es evidente que Doña Pepa se ha deslizado en cuanto a sus acusaciones y la identidad de los comensales, no cabe la menor duda que este encuentro no puede ser catalogado de inocente y plantea una serie de preguntas y consideraciones.

Hasta la fecha, la adquisición de vehículos para Guaguas Municipales ha de ser planteada en el Consejo de Administración y debe realizarse mediante Concurso Público como todas las compras o inversiones que superen los 50.000 euros. Una vez planteado el procedimiento, cualquier contacto (y no digamos un almuerzo de trabajo) con empresas que concurran al concurso es, sencillamente, un delito perfectamente tipificado.

El Consejo de Administración no ha acordado la compra de vehículos (aunque últimamente el funcionamiento de este órgano es oscuro e irregular) y sí el Sr. Sansó insiste en justificar el ágape con una supuesta compra, está, desde luego, actuando contra la legalidad. Y es que es dudoso que sí el director general de Guaguas, se declara incapacitado para negociar el Convenio Colectivo a pesar de haber iniciado el proceso, lo esté, en cambio para iniciar la adquisición fraudulenta de unidades para nuestra flota.

Otra cuestión es el contenido de la conversación, sí podemos dar crédito a los testigos del amistoso encuentro, que demuestra el preciso conocimiento que el Sr. Sansó tiene de la distribución de los porcentajes de acciones que tendrá cada uno, lo que puede levantar legítimas sospechas en cuanto a la transparencia del expediente de privatización, de momento, parcial.

Creo yo que hay muchas explicaciones que dar en cuanto a la naturaleza y el alcance del encuentro y con qué dinero se pagará esa supuesta compra y una última pregunta; ¿quién pagó la, sin duda, abultada cuenta?. Esta es una de esas preguntas veneno para las que cualquier respuesta levanta ampollas. Y es que, sí pagó IVECO, malo y sí pagó Guaguas, peor que no está la situación de Guaguas como para almuerzos de trabajo en La Casita.

Lo que está claro es que todo este asunto desprende un cierto tufillo a irregularidades manifiestas; a saber cómo olería sí se empezara a revolver el caldero y se grabaran las otras reuniones que se celebran en La Casita. Desde luego, que bien se saben cuidar.

*Consejero del Consejo de Administración y conductor Wolfgang Alcántara*

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