Swap

Swap es el nombre de un mecanismo financiero de intercambio de cantidades que viene a ser el culpable, fíjense ustedes, de que el Gobierno de Canarias no pueda aplicar ahora una promesa hecha hace muy pocos meses con banda de cornetas y escuadra de gastadores. Se trataba de desahogar a los canarios con sus hipotecas, pero el mercado de los tipos de interés se ha comportado de un modo imprevisto y el pobre consejero de Economía y Hacienda se ha visto obligado a cancelar la medida. No le salían las cuentas y ahora ha encontrado al pobre Swap para endosarle el paquete.

También se llama swap a un procedimiento informático consistente en almacenar datos en una zona de intercambio del ordenador, de modo que no se ocupe memoria real que ha de precisarse para otros procesos. Los datos guardados quedan en un área discreta que no afecta a la memoria RAM, pero pueden recuperarse cuando se desee.

Pero básicamente swap es intercambio, trueque, tú me das y yo te doy. Tú me das cuatro consejerías y la vicepresidencia y yo te doy mis votos y un pacto de futuro. Tú me haces un hueco en Mamandurria TV, me dejas poner a Teresa Cruz y a Taboada, y yo miro para otro lado ante esas cochinadas tuyas con Willy. Me dejas los tres escoltas de la Policía Local, manos libres con las clínicas privadas... y yo te dejo espacio para que salgas en la foto.

Los datos, sin embargo, quedan todos guardados en la zona de intercambio del disco duro para disponer de ellos cuando sea preciso. La prensa, hasta ahora poco ducha en el rescate, ya sabe cómo recuperarlos. Y sabe, por ejemplo, que este mismo consejero presumió hace muy pocas semanas de haber previsto la crisis económica y de haberse adelantado incluso al Gobierno de España con las medidas correctoras.

Ahora toca decir que los mercados se han comportado de modo imprevisto. Atentos a la próxima mentira, que habrá más promesas sin cumplir. Quien a hierro mata, a hierro termina.