Algo tarde para preocuparse

Claro, que este es un problema complejo o mejor sería decir que entre las distintas instituciones complican lo que para muchos tiene fácil solución. Ya se sabe, más complicidad entre familia, escuela y servicios sociales, dar al maestro la autoridad perdida en el aula, políticas municipales de prevención en la calle, meterles mano a los padres irresponsables, realizar actividades en los barrios que eduquen a través de la práctica deportiva etc. Pero amigos, tenemos el veto de la ley del menor, una de las peores leyes que han parido los políticos desde los reyes católicos, contra la que se estrella todo cristiano que quiera hacer a un chico responsable socialmente.

Sabemos que es un problema multifactorial, que se nos escapa a los educadores, a los padres y a las mismas sociedades occidentales, que son donde se está dando este tipo de conductas que difieren en su etiología de la delincuencia de los países en vía de desarrollo. Creo que lo que ocurre en España obedece más a un problema de sobreprotección familiar y relativismo político que de marginación pura y dura. Un ejemplo claro lo tenemos en Arucas donde el incivismo entre los jóvenes ha aumentado alarmantemente, siendo muchos de éstos de clase media y que habiendo echo de todo durante años han salido del cuartelillo antes que el denunciante, caso de la pandilla que pulula entre bañaderos y el trapiche. En Firgas se han empezado a preocupar después de que le prendieran fuego a la puerta del ayuntamiento, en Galdar hace mucho tiempo que sufren esta lacra?y de Las Palmas mejor no hablar .Lo cierto, es que desgraciadamente la clase política no se ha mojado lo suficiente, salvo el ayuntamiento de Agüimes con su toque de queda y otras medidas “antidemocráticas” que intentan que los menores no se desmadren, si ;porque los desmadres de ahora, es romper todo lo que se pueda y joder a los vecino hasta desquiciarlos con la total impunidad a la que invita el sistema y que producirá unas generaciones de exclusión social que sin duda nos va a pasar factura a todos, y si no, al tiempo.

Kiko García