Tierra, trágame

Algunas diputadas del PP tuvieron la desvergüenza de acusar a la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, de subvencionar a asociaciones feministas amigas sin ninguna prueba. Ocurrió esta semana en la Comisión de Igualdad del Congreso. 

No solo tuvieron la desvergüenza de acusarla sin fundamento ni argumentos sino que la propia Rosell les demostró todo lo contrario. La magistrada les dio una lección elemental: no se puede acusar a nadie sin pruebas.

En el mismo día que el juez Salvador Alba entraba en la cárcel precisamente por corrupción y maniobrar ilegalmente contra ella, Victoria Rosell recordaba a las diputadas del PP que aunque tengan inmunidad parlamentaria no cuentan con inmunidad judicial. Justicia poética. 

Ella, que ya sufrió un montaje judicial, desmontó una a una las acusaciones temerarias e indecentes de las parlamentarias populares, que creyeron que iban a por lana y acabaron trasquiladas. Rosell fue víctima de una pinza entre Alba y Soria, aquel ministro que salió por la puerta de atrás del Gobierno de Rajoy por un quíteme allá estas pajas y unas empresas fantasmas en Panamá, desmontó una a una las acusaciones temerarias e indecentes de las parlamentarias populares, que creyeron que iban a por lana y acabaron trasquiladas.

Tiene bemoles que el PP vaya a acusar a Rosell de corrupción cuando ella misma tuvo que soportar en sus carnes una persecución ilegal de un magistrado corrupto compinchado con un político deshonesto que acabó con su carrera política temporalmente ya que renunció a ir en la candidatura de Podemos debido a que el Tribunal Supremo admitió a trámite una denuncia del dúo Sacapuntas que no había por donde cogerla. 

Finalmente el Tribunal Supremo desestimó la querella del juez delincuente y la declaró inocente pero ya era tarde porque las elecciones habían pasado. El cazador Alba acabó siendo cazado ya que su inmoral persecución a la magistrada terminó con su carrera judicial. Cree el ladrón que todos son de su condición. Casi un año ha tardado en entrar en prisión después de que el Tribunal Supremo declarara firme la sentencia condenatoria. Una verdadera vergüenza para la justicia por esos privilegios judiciales. 

Esta misma semana, también en la Comisión de Igualdad, la paisana y diputada popular Auxiliadora Pérez metió la gamba al querer acusar al Ministerio de Igualdad de gastar mucho dinero en personal eventual. La secretaria de Estado de Igualdad y contra la violencia de género, Ángela Rodríguez, la puso en su sitio al ofrecer las cifras reales. La política de Podemos demostró que el gasto de personal eventual en el Ministerio de Igualdad no solo no había aumentado como denunciaba la paisana popular sino que es ínfimo y sólo representa un 1% del presupuesto total mientras que la media de personal eventual en otros departamentos de la Administración es casi del 5%. 

Para rematar la faena, la secretaria de Estado demostró que en el Gobierno de Rajoy se gastaba más en personal eventual y que el récord histórico del gasto en este apartado lo tiene José María Aznar. La guinda del pastel fue cuando afirmó que el Consejo General del Poder Judicial, de mayoría conservadora gracias a los vocales nombrados por el PP, gasta en personal eventual treinta y tres veces más que el Ministerio de Igualdad. Diga 33.

Auxiliadora Pérez, más conocida por Auxi en su partido y en Santa María de Guía, no pudo en esta ocasión ser auxiliada por nadie. Dijo para sus adentros “tierra, trágame”, pero para su desgracia no la tragó.