Venezuela, ''ojo pelao''

La inmensa mayoría de las encuestas estableció una diferencia entre 20 y 30 puntos a favor del líder bolivariano. Ante este horizonte, Rosales enarboló la presunción del fraude, pero para ello convenía acortar previamente las distancias y encargó a una empresa gringa (con eficacia manipuladora probada en países del Este europeo) su propio sondeo que diagnosticó un empate técnico. Con esta falacia, regada convenientemente a lo largo y ancho del país por El Nacional, El Universal, Globovisión y otros, fue creándose el caldo de cultivo para la desconfianza. El cuento adquirió cierta credibilidad fuera de Venezuela, especialmente entre medios de comunicación interesados. Rosales aportó su grano de arena personal. A unos días de las elecciones se negó a aceptar el veredicto de las urnas porque, insistió sin despeinarse, “no hay seguridad en la limpieza de las elecciones”. Sus partidarios produjeron unas 40.000 camisetas con la palabra “fraude” escrita, blanco sobre negro.Con el ambiente debidamente caldeado, el paso siguiente pertenecerá a la propaganda durante el 3 de diciembre. Algunas cadenas de televisión proclamarán que investigaciones a pie de urna conceden la victoria a Rosales, antes de que el Consejo Nacional Electoral ofrezca los primeros resultados. Cuando el CNE confirme la victoria de Hugo Chávez, una parte de los electores ya preparados se movilizará en las calles protestando por el fraude inexistente. Amparados por semejante cobertura, entrarán a operar grupos organizados, armados y desarmados, para crear la sensación de que el país está inmerso en el caos. Medios de comunicación privados ampliarán esa impresión sin el menor escrúpulo. Que el montaje conduzca a un golpe de Estado dependerá entonces de la audacia de algunos sectores militares reaccionarios. De prosperar, una aventura como la que denuncio puede conducir a Venezuela hacia la guerra civil porque la resistencia popular será masiva.Si fracasa, la oposición tendrá el consuelo de haber extendido dudas. Tanto sobre la legitimidad democrática del Jefe del Estado como en relación a la probable profundización del proceso revolucionario. Pero sufrirá otra consecuencia: tardará años en levantar cabeza, en recobrar la credibilidad, por empeñarse en despreciar otra oportunidad (como la perdida tras el referéndum revocatorio) para organizarse como adversario democrático del chavismo. Allá ellos.¿Conseguirán la derecha y su candidato tumbar a Chávez? Lo dudo. La población está advertida sobre ésta y otras faenas, y organizada. Ya demostró su capacidad para frustrarlas. Valgan los ejemplos de la intentona del 11 de abril de 2002 y la huelga patronal petrolera. A espaldas de las mesas electorales estará planteándose quizá la sobrevivencia de la democracia y el derecho de los venezolanos a decidir el futuro de su país. Mejor que renuncien al golpe post moderno y que Bush aguarde tiempos más propicios. Un suponer. Los conspiradores, si llevan delante sus planes, tendrán más dificultades que Carmona para esconderse y evitar las consecuencias. Espero.

Rafael Morales